12 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Decepción mexicana…

LIC. ALFREDO CASTAÑEDA FLORES     ANALISTA

17 MAYO 2024.-¿Te sientes orgulloso de ser mexicano? En lo personal, tendría que replantearme esta pregunta antes de responder. La mayoría de la gente, como siempre, responde de bote pronto, a la ligera, sin analizar su respuesta, señalando que sí, agregando aún más, porque es el mejor país del mundo, y bla, bla, bla. Estoy consciente que el territorio y todo lo que en sí encierra, no tiene la culpa, pero los habitantes, sin dudarlo, son el problema.

 

Es normal esa respuesta, sobre todo sabiendo que más del 85 % de la población jamás han salido a otro país, porque irse de mojado a los Estados Unidos no cuenta como viaje de placer, ni de negocios, sino de supervivencia, y por obvias razones, no se disfruta, mucho menos se analiza y compara.

 

Retomando el tema que me ocupa, resulta trillado, pero es real, jamás se deja de conocer a la gente y peor aun tratándose de tantos millones de mexicanos, con ideas retrógradas, equivocadas, y muy pocas, escasas, diría yo, brillantes.

 

Siempre se ataca a la gente poderosa, económicamente, pero ellos son los que menos se meten en problemas con los demás, por algo son triunfadores en el área a la que se dediquen, están enfocados a alcanzar sus objetivos, sus metas y a posicionar su marca personal.

 

En cambio, los pobres, mediocres, sin ideas, con estudios truncos, otros ni siquiera saben leer y escribir, en pleno siglo XXI, aunque no lo creas, inteligente lector, aún hay miles de nacionales que así están, y seguirá habiéndolos, dadas las políticas implementadas recientemente, que, en materia de educación, son de retroceso. Raro ¿Verdad? Son especialistas en todo, ajá, pero por más que salten, brinquen y pataleen siguen en el mismo lugar, merecido, por cierto, pero ellos creen que no.

 

Desde siempre es difícil encontrar a gente responsable, que aprenda bien el oficio de que se trate, y que haga lo mejor posible las cosas dentro de su área laboral, pero en este nuevo siglo, eso, ha cambiado para mal, las nuevas generaciones, nacieron cansadas, con el cerebro aun más cerrado que las anteriores, pero eso sí, presumiendo que saben demasiado de tecnología, cuando la realidad es que tampoco, porque hacer lo que hacen, bloqueando, eliminando a X o Y contacto, manejar las aplicaciones que la mayoría utiliza, no es “saber mucho”, porque soy de la idea de que conocer algo que no deja dinero, no sirve. Lo que no te sirve para mejorar y crecer como persona, mejor olvídalo.

 

Cuando, debido a la constante demanda de empleados, de los negocios, sea del tamaño que sean, se tiene que recurrir a estos ejemplares difíciles de formar. Porque ya no duran en los empleos, los hay desde aquellos, que llegan de inicio, y si salen a comer, ya no regresan, otros aguantan un día, dos, una semana, una quincena, pocos son los que alcanzan los tres meses, aprendiendo el oficio, pero al final se terminan yendo. Y hasta eso, no tienen la cultura, ni decencia de avisar, simplemente, no regresan. Como si se les fuera a obligar a seguir laborando ahí. Esa es otra “cualidad” general, son cobardes, tienen miedo a expresar sus emociones, sus pensamientos, sus dudas e inquietudes.

 

No les gusta recibir órdenes, pero eso es necesario, cuando te alquilas para prestar tus servicios, ya ni se diga, si se les llama la atención, porque de inmediato se ponen al brinco, incluso hay casos en que se llegan a liar a golpes, con el encargado, gerente, director o dueño del negocio, solo por pedirles que sean cuidadosos en lo que hacen. Así de dañados están.

 

Los pobres están acostumbrados a que los demás les den, los apoyen, a cambio de poco o nada, porque cuando se les necesita, pocos, poquísimos están, la mayoría tienen pretextos para no quedarse unos minutos más en el área laboral, aunque se les pague o compense con tiempo, jamás se les obliga a hacerlo de manera gratuita. Otra forma que tienen, es la de hacer exclusivamente lo que se les pide, todos sabemos, amable lector, que no puedes decirle a nadie, TODO, lo que se hace y debe hacerse en cualquier negocio o empleo, por eso tenemos sentido común y una cabeza con neuronas y materia gris, para ir, sobre la marcha, aprendiendo y viendo que hay detalles que nada nos quita, hacerlos.

 

Es para su propio bien, porque viendo las acciones y actitudes y aptitudes, se van ganando la confianza, incrementos salariales y escalando en el escalafón de la empresa. Pero no lo hacen. Se limitan a hacer lo que les dicen. Y eso, cuando los está viendo el dueño, jefe o encargado del área, porque, cuando no es así, de plano ni lo necesario hacen, y lo podemos comprobar en los pequeños negocios, donde los dueños no están presentes, las ventas y, por ende, ganancias, disminuyen cuando están y cuando no. En México, el trabajo en equipo no se da. Entre tantos déficits más. Tiempo, es lo único que pueden dar los pobres, porque calidad, son escasos los casos de aquellos que la dan. Y ni eso quieren aportar.

 

Cuando, llegan los clientes, preguntan por algo, que no lo hay, no son capaces de ofrecer opciones de productos, materiales o herramientas que pueden funcionar para lo que buscan. Que también es cierto, el otro lado, es igual, es un círculo vicioso, los compradores, también son raros, difíciles, de complacer, de atender, porque los hay aquellos que preguntan por algo, y apenas se les va a responder o a mostrar, ya están pidiendo otras cosas, como si ellos fueran tan eficientes y rápidos, atarantando aun más a los de por sí, atolondrados empleados. Además de vivir mucho tiempo de determinado oficio (costureras, estilistas, mecánicos, peluqueros, etc.) y no conocen los materiales con los que desempeñan su labor, andan pidiendo alfileres en lugar de seguros y viceversa, confunden el grosor con lo ancho, los colores, texturas, todo.

Eso también es en perjuicio de ellos, de la sociedad, pero sobre todo del país, porque los extranjeros se van con esas falsas ideas, creyendo que todos somos iguales, aunque no les falta razón, porque si se superan altos porcentajes con la ignorancia y estupidez de la gente.

 

Aquí mismo en el continente tenemos a los argentinos que nos tienen perfectamente checados, debido a que, en el país, hay tantos ciudadanos de ese país, faranduleros, deportistas, empresarios, etc., y cuando viajan a su país, se burlan, bien y bonito de los mediocres que somos en general, además de que ellos ocupan, con su porte y personalidad, espacios que los de aquí no pueden, por su mal aspecto y escasa preparación. Y, sin embargo, nos quieren imponer desde la TV, que apoyemos a los argentinos en los mundiales de futbol, si literalmente, nos desprecian. Y no son los únicos, aunque si los más puntillosos.

 

Claro está que esto tiene que ver con la ausencia de conocimiento de la mayoría, porque viajar también es cultura, es como si leyeras un libro, siempre y cuando vayas con la mente despejada, abierta y analices con detenimiento el actuar de los nativos de cualquier país que visites, porque no es la misma reacción ante un mexicano de un empleado de un aeropuerto, hotel, restaurante que de aquel que no necesita de tu dinero para vivir, por eso se tiene que observar cualquier conducta, aunque eso es pedir demasiado, si aquí no lo hacen, menos lo harán en el extranjero.

 

Lo que observo es que los mexicanos que salimos al extranjero somos los que carecemos de deudas, tenemos un empleo estable y/o una educación superior, en cambio los extranjeros que nos visitan son lo contrario en sus países, los que menos oportunidades tienen, y por lo mismo buscan un país pobre, inculto y mediocre como el nuestro para quedarse a vivir en él, quitándoles otro tanto de oportunidades a varios nacionales, debido, a como dije antes, a su físico, color de piel, sus deseos de superación y hambre de aprender cosas que aquí se dejan de hacer, por ignorancia, por flojera, por desinterés. Sí que estamos cada día peor y el mundo se da cuenta, pero el mexicano promedio no. Hasta en las elecciones se ve, la gente no vota con la razón, si no con el hambre y la necesidad de que el gobierno los mantenga. ¡Qué tristeza!