5 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

De todo un poco…

Lic. Alfredo Castañeda Flores      ANALISTA

8 NOV. 2024.-México es un país pobre, no cabe ninguna duda, y quien lo niegue, simple y sencillamente miente, se miente y pretende esconder la realidad diaria que vivimos y vemos vivir a los demás.

 

Las señales son claras, el país es pobre en muchas áreas, sobretodo en las principales: economía, mentalidad, educación, cultura, valores morales, política, etcétera.

 

¿Aún lo dudas? Desde que nacemos nos venden humo para ocultar la verdadera situación del país. Y pocos somos los que salen de esa penumbra creada por todos (profesores, religión, políticos, familia, etc.); la mayoría, muere sin nunca despertar.

 

¿Defectos nacionales? Malagradecidos, ignorantes, flojos, miedosos, necios, tercos, abusivos, corruptos, apáticos, nada solidarios, y cualquier adjetivo que le quieras agregar. El mexicano no está acostumbrado a que se le corrija, ni en público ni en privado, porque de inmediato se encanija, reacciona de distintas maneras, pero siempre negando la verdad. Hay un dicho de la filosofía popular que señala: “…corrige al sabio, se hará tu amigo, pero corrige al estúpido, y se convertirá en tu enemigo…”, esas palabras sabias encierran nuestra idiosincrasia, porque el mexicano no acepta sus errores, sus defectos, además de que siempre es otro el que tuvo la culpa, y aunque se de cuenta de su error, no tiene la decencia de ofrecer disculpas (dice la mayoría, pedir disculpas, gran equivocación), eso frena el crecimiento del país.

 

Como desde que nacemos se han dicho mentiras de los antepasados, muchos se creen descendientes de los gobernantes aztecas, aunque no sepan ni cómo se llamaban. Pero al mismo tiempo se contradicen, porque cuando se les acusa de nativos o algo parecido, reaccionan defendiendo su sangre europea, asiática o africana. ¿Entonces?

 

El mexicano promedio se dice conocedor de todo, pero cuando se les muestra la verdad con argumentos, no la aceptan, y opinan lo contrario, sacando a relucir la historia mal contada, mal vivida y mal aplicada, cuando se descubren en sus mentiras o imprecisiones (dicen ahora para no ofender a los pendejos), reaccionan de distintas maneras, desde nerviosos, se alejan, se esconden, se muestran enfadados, molestos, hasta incluso llegan a los golpes con distintas consecuencias. Eso también detiene el crecimiento del país.

 

El mexicano es enojón por naturaleza, si no se les cumple algún capricho de inmediato ponen su jeta, se alejan o algunos comienzan a insultar, eso además de estupidez es ignorancia, si no se les hace un favor, si no se les fía mercancía, si no se les presta dinero, cosas, incluso inmuebles, si se tiene un negocio y suben las cosas, como ha estado sucediendo los últimos años de la presunta “transformación”, a fuerza quieren que se les respete el precio anterior, de lo contrario, se encanijan. Aquí pasa algo que en pocos países se da. Cuando se es el dueño de un negocio, del tamaño que sea, se sufren embestidas de todo tipo, principalmente de los conocidos que se llegan a decir amigos, porque buscan su beneficio, pidiendo precio distinto, fiado, y cuando tienen dinero, simplemente se van a comprar a otro lugar, solo buscan a la amistad, cuando no tienen para pagar. Si se les cumple el capricho, nueve de cada diez se desaparecen porque no pagan. Y si se les cobra, los pocos que lo hacemos, porque aquí también entra el miedo, la mayoría, no quiere hacerlo porque les da miedo, señalando que les da más pena cobrarles, pero en realidad es temor, lo que ya saben los sinvergüenzas y de ahí se agarran para no pagar, siendo tan cínicos que un tiempo después regresan como si nada.

 

Y en la mayoría de lugares lo vuelven a hacer, porque el miedo a no cumplir sus caprichos, la presunta confianza que les tienen de que ya cambiaron, etcétera, los hace caer nuevamente en esas manos de vivales buenos para nada que así se la pasan viviendo, afectando a los conocidos, de preferencia y algunos desconocidos que también caen en sus garras de cinismo y desfachatez.

 

Caso contrario, cuando algunos de esos parásitos prestan algún servicio por determinado oficio: carpintero, balconero, electricista, plomero, albañil, tapicero, sastre, costurera, etcétera, piden un adelanto por su trabajo, para comprar el material, porque eso también es frecuente, que nunca tienen para hacer algún trabajo, se les tiene que dar la mitad o más del total que costará ese servicio. Y ¿Qué crees?, amable lector, adivinaste, la mayoría de esos individuos quedan mal, porque utilizan el dinero para subsistir, para cumplirle a otros clientes anteriores que les han quedado mal, y comienza el peregrinar de la gente cumplida, dando vueltas al lugar establecido, a la casa del sujeto, llamándolo sin respuesta, etcétera. Y al final de cuentas, no cumplen totalmente, lo hacen en pésimas condiciones, con material de ínfima calidad, todo malhecho, y tantas cosas más. Que, volviendo a lo mismo, la mayoría se cansa de ir, de llamar, de buscar, y como los sátrapas, lo saben, se quedan sin castigo y pocas veces cumplen. Aquí es donde los extranjeros sufren más de estos individuos sin valores y corruptos. De eso se quejan todos los que viven aquí y los que solo vienen de visita. De que son víctimas de cobros excesivos y abusos innumerables. Por eso a nivel mundial, el mexicano es mal visto.

 

La mayoría han ido a la escuela, aunque hayan dejado los estudios truncos de cualquier nivel o no, desconocen lo más simple, básico, confunden el alfiler con el seguro, los colores, hablan mal, agregan letras de más al principio o final de las palabras, por ejemplo: acompleto, llegastes, haiga, así hablan hasta los individuos con altos niveles de estudio, queda claro que eso no quita lo ignorante, así como lo hacen por igual, hombres y mujeres, no es exclusivo de algún género. Le llaman maestro al profesor, doctor al médico, ambos términos son grados de estudio, padre al sacerdote, cura, presbítero, párroco; madre a las monjas, y un sinnúmero de errores gramaticales y de dicción. Además, no saben preguntar correctamente. Quieren que el otro, les de la información. Por ejemplo, buscan cualquier cosa, que hay por colores, por medidas, por uso, etcétera, si les dice que color, salen con su batea de babas, que colores tienen. Por favor, es algo que tú necesitas, buscas, debes saber lo que quieres y no lo saben, así es en todo y en cualquier momento, pero lo observamos más los que tenemos mayor trato con la gente, de cualquier nivel social y de estudios.

 

También, al no tener dinero suficiente, aunque trabajen y tengan base (planta dicen muchos), compran las cosas con miedo, temor, pagan así, pero al momento de recibir dinero lo hacen con unas ansias y se lo guardan como si se los fueran a quitar. No se puede dejar nada mal puesto, porque, aunque sea en la casa, oficina, negocio, nunca falta quien se lo lleve, solo están esperando el momento del descuido del de junto para quedarse con cualquier cosa, aunque lo malbaraten, porque desconocen el valor real de las cosas, de todo. Así somos, y ningún espacio alcanzaría para enumerar todo lo que se hace mal en cualquier rincón de este país.

 

Es triste comparar lo que vemos, los que hemos salido al extranjero, con lo que se hace aquí, y la honestidad es la principal ausencia en los mexicanos. En otros países de primer mundo, no se toman las cosas, aunque estén tiradas en la calle, banqueta, lugares públicos, incluso hasta se acomodan donde no las vayan a pisar, ensuciar, los peatones, pero ahí se dejan, si regresas incluso hasta varios meses después, ahí siguen, deterioradas por el paso del tiempo, pero intactas en su interior, por eso es que para los corruptos las comparaciones resultan odiosas, porque se ven reflejados en el lado contrario a la honestidad y los valores morales que tan ausentes, cada día más, están en nuestro territorio. Triste realidad.