Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
17 JUNIO 2024.-Desde siempre y sobretodo en los recientes años, ha crecido la queja de la mayoría de mexicanos en edad de trabajar (mayores de 18 años), respecto al salario, a las horas exigidas de laborar diariamente, al trato y más. Algo tan común en este país pobre tanto económica, social como culturalmente, donde la gente quisiera lo que está ocurriendo, que el gobierno los mantenga, sin tener que aportar nada para que todos ganen. Vivimos una realidad donde algunos “ganan” y la mayoría pierde, lo que crecerá aun más, según se vislumbra en el futuro inmediato.
El mexicano se queja de todo siempre, tiene el síndrome del explotado, porque, según él, todos lo atacan, todos lo acosan, lo maltratan, lo hacen “trabajar” más de lo humanamente posible, gana menos, etc., etc.
Lo que todo aquel que tiene un negocio, del tamaño que éste sea, sabe que es mentira, que son los “maravillosos” empleados mexicanos, los que están en ese error que escasas veces y pocos, admitirán.
Así se tenga un solo empleado, el dueño se da cuenta que recientemente es difícil encontrar gente honesta, comprometida, responsable, trabajadora, y más, ahora no es así. Y no es privativo de los negocios pequeños, pero si donde más fácilmente, el propietario se da cuenta, así ocurre en los grandes consorcios, incluso internacionales con presencia en el país, y por obvias razones, entre más ventas hay, más es lo que esos empleados infieles se reparten, la gran diferencia, es que en esos grandes comercios, debido a las cantidades de mercancía que se adquiere, reciben grandes promociones, que van desde descuentos, hasta más mercancía de la adquirida, en algunos casos, se dan ambas premisas, y por lo mismo, es más difícil para el dueño o consejo directivo, cuando son varios los propietarios o accionistas, darse cuenta del desfalco, además de que son numerosas las sucursales de X o Y marca comercial, pero de que hay pérdidas voluntarias, las hay, además de las involuntarias, que generalmente esas están aseguradas.
Y cualquier empresa pudiese obtener mayores y mejores ganancias, pero hay intermediarios que se están beneficiando con ellas. Lo que es cada vez más difícil de probar y demostrar. Primero, porque los avances tecnológicos han mejorado, tanto para bien, como para el mal, y porque hasta los encargados de hacer las llamadas auditorías, inventarios y chequeos de existencias mercantiles, se prestan por unos pesos a declarar que todo está perfectamente. Estamos en el país de la oferta y la demanda de corrupción laboral donde el que da más es el que sale beneficiado, ganando varios en ese tsunami de complicidades, perdiendo como siempre el dueño del dinero, del negocio. Aunque los empleados siempre digan lo contrario.
Así las cosas, amable lector, es tan fácil opinar de cualquier cosa, cuando no se tienen las bases, ni el contexto completo de las cosas. Por eso muchos dudarán de que así estamos en la actualidad, en cuanto a los empleados.
Regresando a los empleos pequeños, de los que ahora se denomina emprendedores, se puede observar lo que he señalado, la falta de ganas de trabajar bien, de representar dignamente a la empresa, de aprender el oficio correspondiente, de cuidar los intereses del dueño, porque de eso depende seguir laborando y obteniendo un salario semanal, quincenal o mensual, y otras cosas, pero pocos, cada vez menos lo hacen.
Como dije antes, es difícil encontrar una persona responsable, que se encargue de dirigir y tener en orden el negocio de que se trate, en las ausencias del dueño o se encargue de una sucursal, cuando afortunadamente se va creciendo en el ramo respectivo, muchos en apariencia lo son, mientras no se les ponga en prueba, porque cuando ya se les explica el siguiente paso, algunos dicen que sí, por convivir, pero desaparecen sin avisar, otros de plano prefieren renunciar para no tener ningún tipo de responsabilidad, y los escasos que tienen el valor de aceptar la responsiva de un empleo, no funcionan, no aguantan, o provocan pérdidas al mismo, por la falta de capacidad, de experiencia y compromiso, pero los dueños no tienen más remedio que seguirlos aguantando, porque en estos tiempos, es más difícil conseguir empleados, debido a los programas sociales gubernamentales, que les facilitan la vida a los mediocres, sin aspiraciones ni futuro. Y porque ya no tienen más remedio que hacerlo, porque se aventuraron a abrir una sucursal de un negocio que les funcionó.
Pero no previeron antes cómo lo atenderían. Algo clásico, del mexicano, hacer las cosas sin analizar, sin un estudio previo de mercado, de logística de cómo funcionará otro negocio igual.
Bajando al nivel general, de los empleados de piso, de ventas, que no tienen ninguna responsabilidad extra, más que atender a la clientela, también tienen enormes defectos, según el estado de ánimo diario, es como atienden, porque si no tienen ganas de trabajar, niegan las cosas, inventan mil y un pretextos para no vender, no hacen caso de los clientes, se la pasan con el celular en la mano, aunque el dueño esté ahí, buscan la forma de evadir su responsabilidad, sabiendo que en cualquier negocio, hay tiempos muertos, en los que no hay gente, pero aun así, se les hace exagerado estar ahí las 8 horas diarias tiempo con el que estuvieron de acuerdo, al momento de aceptar el empleo.
Porque no se les obliga, ni se les engaña, desde el momento de la entrevista, tanto el empleador como el empleado hacen las preguntas pertinentes para estar en condiciones de aceptarlos y aceptar; lo demás, que es aprender el oficio, las técnicas, manualidades, sobre la práctica se hace, aunque, sí hay negocios, donde previamente se les capacita con sueldo, que, por cierto, también algunos ya no regresan después de la misma o la dejan inconclusa. Y así no se puede, este factor también influye en que México, siga siendo un país pobre.
La gente es experta en quejas, no en realidades, experta en engaños, no en verdades, se venden como los mejores y resultan lo contrario, tienen grandes vacíos y defectos emocionales, escasa preparación académica, mentalidad débil y principalmente, pocos objetivos y metas que los conviertan en mejores seres humanos, que su familia los admire y los coloque como ejemplos de grandeza y superación, pero que podemos esperar de los habitantes de un país, que cada vez está más atrasado en todos los niveles y áreas, que si se pretende motivarlos a mejorar, se molestan, agreden y se esconden en su concha de completa mediocridad. Si que estamos mal y se vislumbra, cada día que pasa, algo peor para todos. Ups.