Recientemente el expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva realizó fuertes declaraciones en torno a la realidad de nuestro país, señalando que México no es una nación nueva, y que el milagro mexicano no existe, olvidando por completo la falsa realidad en que hizo vivir a su pueblo cuando fue Presidente de ese país, al cual busca seguir mandando por conducto de su actual Presidenta a quien por cierto no le han salido bien sus acciones de gobierno, teniendo inmerso a Brasil en una absoluta pobreza que para nada se podría comparar con México.
Y ese país sí que es un fracaso y donde sus habitantes han salido a protestar producto de la desesperación en la que viven, todo esto quizás originado por hacer creer que el milagro brasileño era una realidad y este nunca estuvo más alejado de la realidad, con los resultados que a la fecha arroja.
Durante su fuerte crítica ex presidente brasileño Lula da Silva fustigó contra los políticos, empresarios, activistas y organismos civiles que aseguran que el momento de Brasil pasó, pues la nación suramericana es ahora una potencia mundial luego de venir de una década dorada de boyante economía y que por tanto se encamina con fortaleza a convertirse en la quinta potencia económica del mundo. En cambio, argumentó el ex líder obrero, México ofrece números “nada comparables” con los de Brasil en materia económica y social. Por ello, añadió, México no es la nueva nación en ascenso porque el país azteca presenta escenarios en ambos rubros que ofrecen un panorama “peor” que los que pueden observarse en Brasil.
Lula sostuvo durante una conferencia organizada por el diario El País en tierra carioca que los que creen que Brasil retrocederá, “están equivocados”. En Brasil no habrá retroceso, enfatizó el ex presidente y padrino político de Dilma Rousseff, su sucesora en el Palacio de Planalto de Brasilia y quien enfrenta una desaceleración de la economía brasileña, manifestaciones por el desencanto de los brasileños por el Mundial de futbol y huelgas al alza por los bajos salarios, alta carga fiscal y la inseguridad que no ha sido abatida del todo en puntos neurálgicos de Sao Paulo o Río de Janeiro donde se realizará el campeonato de la FIFA. “Los que creen que Brasil retrocederá están equivocados. No habrá retroceso. Lo que hacen con Dilma sólo es similar a lo que hacían con [Hugo] Chávez en Venezuela”, declaró Lula.
Entonces, el ex presidente despotricó contra los expertos que califican a México como un nuevo actor en ascenso en América Latina al tiempo que afirmó que Brasil se convertirá en “la quinta mayor economía del mundo”. “Me fui a enterar [de los fundamentos económicos mexicanos] y todo es peor que en Brasil.
Sin embargo la realidad hoy la vemos y por más que el expresidente trate de defender, este Mundial de fut-bol nos ha permitido ver la realidad. Inclusive amigos que en estos momentos se encuentran en ese país efectivamente hablan de lo bonito que es ese lugar, sus playas, sus lugares turísticos, pero también contrasta mucho con la realidad, la gran pobreza de su gente que visten con ropa en malas condiciones, descalzos. Las famosas favelas son barrios de verdadera pobreza y lugares donde priva la ley del más fuerte, drogas, violaciones, vandalismo, robos, asaltos, prostitución.
Es lamentable cómo viven los brasileños y nada más falso que la realidad que solo ven los ojos de Lula. Los asaltos y robos están a la orden del día, los precios de los productos por las nubes, un refresco que llega a costar poco más de 100 pesos mexicanos, donde sus habitantes carecen de empleos lo que los hace dedicarse a actividades ilícitas. Apostaron sin lugar a dudas a este evento y las olimpiadas dentro de dos años, pero para esto se invirtió mucho dinero que ahora ven será muy difícil recuperar y con ello se dejaron de hacer muchas cosas, descuidando aspectos básicos y rubros como el educativo y de salud tienen grandes deficiencias, además de los salarios de sus habitantes que por mucho se ha depreciado y originan el estallamiento de huelgas y constantes protestas y paros de labores.
La táctica de Lula es muy hábil con tal de desviar la atención de las protestas en ese país por este engendro de monstruo de 15 mil millones de dólares, le tira contra lo que se puede, inventando al más puro estilo populista rivales inexistentes. Ahora nos ataca, y hace semanas hasta alfombra roja te poníamos en México, esto de plano no se vale, pero como en todo existen personas que le creen.
No existe otra expresión más exacta a lo que hoy se vive en Brasil, ese paradisiaco lugar cuando en medio de su campaña política de apoyo a quien ha sido su sucesora, Dilma Roussef, aprovecha al más puro estilo de los populistas, las corrientes de viento para desviar la atención a los problemas reales, a las huelgas, protestas por la espiral de costos, a las obras monumentales prometidas y no acabadas y peor, a las que ni siquiera han iniciado. Lula se hace el ofendido por las críticas que surgen en nuestro país y por todo el mundo, NO contra Brasil y su economía o problemática social, sino en relación al grosero despilfarro de esta Copa del Mundo, para tirarle con todo a México y su economía, pasando por Pemex.
Efectivamente no se cierran los ojos a la realidad de nuestro país atorado hoy en las famosas Reformas, que de tanto discurso de los que apoyan las reformas y de los que no, y de algunos vivales políticos oportunistas que con tal de ganarse votos y puntos, lanzan sus verdades a medias, que también son mentiras a medias y nos tiene mareados. Tampoco es voltear la cara y soslayar nuestra problemática social, sin embargo, lo que a muchos nos pega de esta crítica es el chocante estilo de los populistas, que encuentran cualquier huequito para salirse del verdadero tema, inventando con excelente retórica fantasmagóricos enemigos o Molinos de Viento, como el Quijote, aunque el personaje de Cervantes tenía mucho, pero mucho de esa fibra del hombre bueno.
Lula y los de su estilo nada más no van por ahí, el expresidente brasileño encuentra un buen resquicio en la economía mexicana para no enfrentar el tema más agudo e importante de hoy en su país, el despilfarro grosero, el desorden, la corrupción que salta a la vista, las componendas con los de la FIFA, la improvisación, el abuso a los que asistirán a esta fiesta con un alza de precios en hoteles y servicios que ofende y que, cuidado, se convertirá en boomerang para los que ahí viven y que no volverán a ver los precios anteriores. Lo que ni Lula ni Dilma van a hacer es enfrentar y responder a su pueblo lo que este les cuestiona que, por cierto, es cosa de los brasileiros, y nada más.
Sin embargo en un país como el nuestro donde es más común la crítica y donde los pensadores y analistas son a los que constantemente podemos escuchar y ver en los diversos noticieros, en su mayoría coinciden en una crítica hacia el modelo económico, el que pareciera es el más peor de todos y que terminará por asfixiarnos, ahí es donde estos comentarios que se realizan en contra de nuestro país son tomados por su mayoría como verídicos y más aún si vemos que los que lo defienden son los propios funcionarios que de una u otra forma están ligados a un sueldo del propio gobierno, lo que genera una falta de credibilidad. Quizás ha faltado más información por parte de quien debería de darla y la invitación también de analistas para que nos hablan de las bondades de esta reforma y nosotros como pueblo hacer un balance de lo bueno y lo malo.
Desgraciadamente como lo comentamos lo bueno es comentado por los funcionarios o gobernantes llámese Presidente, diputados, senadores, secretarios de estado entre otros, lo que hace que no creamos nada de esto y son los analistas, la sociedad civil los que vierten la crítica más fuerte y que de tanto escucharla la concebimos como un gran verdad y al no ver resultados a corto plazo, nuestra desconfianza aumenta, pues estos discursos ya los conocemos desde hace muchos años, y lo cierto es lo que vemos a diario, donde el aspecto educativo y de salud ha dejado mucho que desear, pues cuando acudimos a un lugar encargado de brindarnos atención médica, son horas y horas las que pasamos en estos sitios, las deficiencias en muchos casos en cuanto a infraestructura está presente y la falta de medicinas es una realidad, ya que terminamos muchas de estas por comprarlas, eso sin analizar el trato que se recibe por parte del personal.
En el rubro educativo es digno de un análisis posterior pero desde luego existen serias deficiencias en donde el estado ha dejado de hacer y son los propios maestros con padres de familia quienes mantienen a flote las instituciones con constantes cooperaciones que de no hacerse estarían destruidas por completo sus instalaciones…hasta aquí mi comentario, mi correo electrónico licsebpastrana@yahoo.com o sígueme en facebook en Sebastián Pastrana Ferreira y en twitter como sebastianpastr3.