Desde que tengo uso de razón, desde antes de ello, desde siempre, son muchas las profecías que vaticinan el fin del mundo, el fin de la humanidad, todo esto basado en una serie de predicciones y de supuestas personas que, con poderes extrasensoriales, lo pueden vaticinar, otros basados en la observación del espacio o inclusive apoyados en operaciones matemáticas y una serie de acontecimientos que, dicen, por periodos nuestro universo tiende a repetir.
Los casos más conocido en los últimos años que anunciaban el fin de la civilización humana lo son el que señalaban que el 14 de junio de 1960 se produciría el advenimiento del fin del mundo, debido a una explosión fortuita de una bomba atómica, según pensaban los miembros de la secta llamada Comunidad de la Montaña Blanca. Al llegar el año 1962, la comunidad científica entró de nuevo en controversia, sobre los posibles efectos de la conjunción de los ocho planetas del Sistema Solar al entrar en la Casa de Capricornio.Este evento tendría lugar el 2 de febrero de 1962 y produjo una cierta histeria colectiva, puesto que se pensaba que aquel hecho podría descompensar el equilibrio de fuerzas de atracción entre los distintos planetas. Anders Jensen, nacido en Dinamarca y líder de la secta Discípulos de Orthon, predijo públicamente en directo en un canal norteamericano de televisión, que el 2 de diciembre de 1967 llegaría el fin del mundo. Esto no ocurrió y no se le volvió a ver más en antena. El 20 de febrero de 1969 fue la fecha seleccionada para el fin del mundo por una mujer que se autoproclamó Papisa, llamada María Straffler. En ese el día fatídico no ocurrió nada, así que decidió trasladar la fecha al 17 de marzo de ese mismo año, con iguales resultados.
La norteamericana Viola Walker dijo que el fin del mundo ocurriría durante el mes de septiembre de 1975. Viola no fue para nada modesta a la hora de elegir confidente, eligiendo ni más ni menos que al Altísimo. 1998 era el año señalado por muchos estudiosos en teología para que se desencadenase el fin del mundo, puesto que según sus cálculos, Jesucristo murió en la semana 1598 de su vida, y como nada pasó en 1598, la terminación 98 era la clave del fin total.
El vidente Criswell pronosticó que el fin del mundo llegaría en 1999, cuando una perturbación magnética acabaría con el oxígeno del planeta y le haría precipitarse hacia el Sol. Aún hay científicos curiosos que se dedican a estudiar cómo es posible que se genere ese tipo de efecto perturbador que pueda provocar semejante reacción.
Las fechas capicúas o redondas han generado siempre un cierto encanto para fijar el momento final de la Humanidad. Sin duda alguna tuvo muchos adeptos y seguidores en todo el mundo, el famosamente conocido efecto 2000 que, como todos sabemos, afectaría a todo el mundo tecnológico produciendo el fin de la civilización cibernética, devolviéndonos a la Edad Media. En fin, un trasfondo de realidad existía, pero no para generar la controversia a la que dio lugar.
Para este 2012 nuevamente nos vemos abrumados con esta nueva Profecía, quizás debido a la gran cantidad de tecnología y medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance, ha permitido que todo nuestro planeta esté informado sobre esto y se haya desatado una psicosis. Estamos prácticamente a una semana de ello y en ocasiones la Psicosis hace más daño que lo que en realidad pasará. En torno a esta última profecía se han escrito muchas historias, relacionando esta con la civilización de los mayas.
La primera, de las siete profecías mayas, habla del final del miedo, dice: “… nuestro mundo de odio y materialismo terminará el 21 de diciembre y culminará el sábado 22 de diciembre del año 2012. Para ese día la humanidad deberá escoger entre desaparecer como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo, comprendiendo que todo está vivo y consciente, que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de luz. A raíz de lo anterior la ciencia comenzó a analizar estas profecías apocalípticas de los mayas.
Las teorías que advierten que la inminente llegada del fin del mundo está anunciada en el calendario Maya han cobrado fuerza en los últimos tiempos. La caída de un meteorito gigante, un rayo solar destructor, incendios, maremotos y terremotos de enorme magnitud son algunas de las posibilidades barajadas por quienes esperan un desenlace fatal a fines de 2012.
Beatriz García, astrónoma e investigadora independiente en la subsede del Instituto de Tecnología en Detección y Astropartículas de Mendoza, describe a los mayas como una cultura dotada de conocimientos astronómicos. “No anunciaban profecías, sino que a través de la observación y del cálculo, predecían sucesos naturales periódicos tales como eclipses o las fases de la Luna o Venus”, explica.
Existe una profecía que une continentes, religiones y épocas. Que contiene la visión de los mayas, de los hopis, de católicos, amazónicos, diferentes culturas y religiones, y personalidades inquietantes como Michel de Nostradamus o Rasputín: Durante tres días la Tierra descansará, en un profundo sueño de 72 horas a la espera de un nuevo Sol. Según la profecía de NOSTRADAMUS:
-La Luna oscurecida en profundas tinieblas,
-Su hermano (el Sol) pasará a estar de color ‘ferruginoso’,
-El largo tiempo bajo las tinieblas entibiará hierro en la presa sanguinolenta.
En el “Oraculo de Shambhala”, un lama tibetano señala que el próximo 21 de diciembre, a las 6:00 horas, el planeta se sumirá en una completa oscuridad y silencio. El 10 por ciento de los casi 7 mil millones de habitantes en el mundo morirá.
“A las 6:00 GMT casi todo el planeta estará sumido en una completa oscuridad y silencio. No habrá ni luz ni electricidad ni comunicaciones ni sonido: la Tierra en este momento estará atravesando la ‘línea cero’ de nuestra galaxia. Se trata del estado de espacio donde no se difunde ningún tipo de energía, donde todos los objetos carecen de campos electromagnéticos”, señala el lama.
Otra de las teorías que se manejan es sobre las manchas solares. El Sol, dicen los estudiosos, está actuando de una manera extraña y en 2012 una gran llamarada produciría efectos devastadores en la Tierra.
En 1994, los estadounidenses Virginia Essene y Sheldon Nidle daban cuenta a través de su libro “El Cinturón Fotónico y el Despertar de la Humanidad” de lo que pasará a finales de 2012. Señalan que la Tierra está completando un ciclo de 24 mil a 26 mil años y entrará en el Cinturón Fotónico, lo que marcará el comienzo de una nueva etapa para la humanidad.
Se dice inclusive que la NASA y la Agencia Espacial Europea han estado advirtiendo al mundo durante dos años sobre las catástrofes que pueden desarrollarse a finales de 2011 hasta el 2012. Se dice que la NASA advierte de que las llamaradas solares pueden golpear la Tierra anulando la infraestructura tecnológica en el hemisferio norte, llevándonos tecnológicamente a los años de 1800.
Los aterrorizados científicos de la NASA descubrieron el 14 de julio de 2010 que nuestro sistema está pasando por una nube de energía interestelar. Esta gran nube de energía electrificada de gas es preocupante y altera al sol. Junto con el debilitamiento y movimiento del escudo magnético de la Tierra, el mundo se está volviendo indefenso debido a las masivas erupciones solares y la radiación intensa.
Estas, pues, amigo lector, son muchas de las Profecías Apocalípticas de quienes desde siempre han sembrado la psicosis, y el miedo y que lo único verdadero es que logran invitarnos a la reflexión de lo vulnerable que podemos ser y lo importante que es la vida, hasta aquí mi comentario, mi correo electrónico licsebpastrana@yahoo.com o sígueme en facebook en Sebastián Pastrana Ferreira y en twitter como sebastianpastr3.