“La verdad esa gente me decepciona, son puras pinches mentiras con esa gente y la Secretaría de Relaciones Exteriores, no hacen nada y tampoco los Derechos Humanos”: Edgar Tamayo Arias
Constantemente somos testigos de enormes injusticias que se cometen no solo en nuestro país, también en el mundo, y donde para ello es creada la Comisión de Derechos Humanos que busca salvaguardarlos. Desgraciadamente cuando nos encontramos con gobernantes autoritarios, poco les importa y hacen que nos preguntemos, ¿para qué están, para qué sirven?
Claro, mucho se ha avanzado, pero hace falta que estos tengan un peso mucho más fuerte, para evitar que personas permanezcan en las cárceles o que los que no están vayan a ellas, o que no se pierdan vidas de inocentes por no haberse desarrollado adecuadamente sus procesos, como recientemente ocurriera en el caso del mexicano Edgar Tamayo Arias, que fuera ejecutado la tarde del pasado miércoles, luego de que se hicieron todos los procedimientos y acreditarse que sus garantías habían sido violadas al no llevarse a cabo un adecuado proceso, esto ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.Pero ¿qué hace esta Comisión? La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) encargado de la promoción y protección de los derechos humanos en el continente americano. Está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal y tiene su sede en Washington, D.C. Fue creada por la OEA en 1959 y, en forma conjunta con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, instalada en 1979, es una institución del Sistema Interamericano de protección de los derechos humanos (SIDH). El SIDH se inició formalmente con la aprobación de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en la Novena Conferencia Internacional Americana celebrada en Bogotá en 1948, en el marco de la cual también se adoptó la propia Carta de la OEA, que proclama los “derechos fundamentales de la persona humana” como uno de los principios en que se funda la Organización.
La CIDH realiza su trabajo con base en tres pilares de trabajo:
• El Sistema de Petición Individual;
• El monitoreo de la situación de los derechos humanos en los Estados Miembros;
• La atención a líneas temáticas prioritarias.
A través de este andamiaje, la Comisión considera que en el contexto de la protección de los derechos de toda persona bajo la jurisdicción de los Estados americanos, es fundamental dar atención a las poblaciones, comunidades y grupos históricamente sometidos a discriminación. En forma complementaria, otros conceptos informan su trabajo: el principio pro homine – según el cual la interpretación de una norma debe hacerse de la manera más favorable al ser humano, la necesidad de acceso a la justicia, y la incorporación de la perspectiva de género a todas sus actividades.
La CIDH tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en las Américas. De conformidad con el artículo 106 de la Carta de la Organización.
Desgraciadamente pese a su historia, su peso y haberse comprobado que fueron violentados del mexicano Edgar Tamayo, para el Gobernador texano Rick Perry al parecer esto no bastó y con 47 años de edad, la tarde del pasado miércoles fue ejecutado en la prisión de Huntsville, Texas, por el asesinato del policía Guy P. Gaddis, cometido el 31 de enero de 1994. Poco habrá importado a la justicia texana la discapacidad intelectual leve del asesino, por lo cual debió impedirse el juicio… y la sentencia de muerte.
Cuántas veces hemos visto la saña con la que se conducen en aquel país los policías en contra de mexicanos o personas de color, los cuales pareciera una peste para ellos y un pretexto para poder desquitar su ira y atropellar sus derechos, a estos no les pasa nada, pero cuando ocurre a la inversa, todo el peso de la ley recae en estos.
Con lo anterior Tamayo pasó de victimario a víctima… y su muerte es ahora un claro ejemplo de impunidad y soberbia del gobierno texano. Al violar el debido proceso del mexicano, la supuesta justicia implacable queda como ejecutora de un acto sumario de venganza irremediable ante la violación de leyes y tratados internacionales. Édgar era uno de los 52 mexicanos “protegidos” por el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el llamado Caso Avena —cuando el tribunal ordenó la revisión de juicios tras comprobar la violación al derecho de asistencia consular de connacionales sentenciados.
Según la abogada Sandra Babcock, se trata del primer caso no revisado, el único elemento a favor de Édgar Tamayo era el amparo concedido —en 2004— por la CIJ, que ordenó a Estados Unidos revisar el caso, ante la probable violación a sus garantías como extranjero. Es un “fallo” vinculante obligatorio, alega la abogada; desconocido como tal por la justicia estadunidense, en 2008.
De nada han servido las demandas del gobierno mexicano ante la Junta de Perdones y Libertad Condicional para solicitar el aplazamiento de la ejecución o la conmutación de la pena de muerte. Tampoco las peticiones de la CIJ, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, el Parlamento Europeo, la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, o de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
“La muerte de Édgar Tamayo no fue una ejecución judicial sino un artero asesinato; un acto de venganza, no de justicia”, señaló el gobernador de Morelos, Graco Ramírez.
Desgraciadamente los casos de injusticia como lo señalamos los vemos no solo en otros países, en México también se aplica todo el peso de la ley para personas que no cuentan con una adecuada defensa, que carecen de recursos económicos, que no conocen la ley, entre otros, como le sucedió a la señora Esperanza Reyes en San Luis Potosí donde fue sentenciada a 5 años de prisión por pagar una libreta con un billete falso de 100 pesos, al igual que en Guadalajara ocurriera con David Herrera Martínez de 47 años de edad, que pago con un billete de 100 un sombrero de paja de 70 pesos.
Para ellos no hubo justicia, se hizo justicia diría la autoridad, apenas por la mañana a David le habían pagado unos mariscos de la actividad que realiza con ese billete que uso más tarde, pero como él no se percató, menos denunció, y por eso, todo el peso de la ley se ganó, pagando actualmente su pena en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, como el más grande delincuente, cuando en la calle andan muchos amparados y protegidos por autoridades corruptas.
Como vemos para estos desafortunados sí se aplicó la ley y mientras tantos seguimos preguntándonos, cuántos más, cuando vemos constantemente casos que nos indignan de prepotencia y arbitrariedad, donde los gobernantes derrochan a diestra y siniestra los recursos y no les hacen nada, los trámites para empezarlos a investigar tardan años y años y estos siguen haciendo crecer sus bolsillos a pesar de que las evidencias son más que suficientes, pero por ser políticos, gozar del poder, no se les hace nada. El más claro ejemplo, usted tacambarense lo conoce, aquí no pasa nada aún y cuando diez sombrillas puedan costar algo así como quinientos mil pesos…hasta aquí mi comentario, mi correo electrónico licsebpastrana@yahoo.com o sígueme en facebook en Sebastián Pastrana Ferreira y en twitter como sebastianpastr3