Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
14 DIC. 2024.-Para nadie es un secreto que el mexicano está curtido del organismo, por todo lo sucio que se lleva a la boca y al estómago, claro que hay países peores que nosotros, como la India, pero esa es otra historia.
Sé de casos de mucha gente, mujeres, sobretodo, que preparan sus alimentos, para sí o para su familia, sin la menor higiene posible, así como llegan de la calle, así cocinan lo que traen, carne de res, cerdo, pollo, pescados, mariscos, etcétera, así como toda clase de frutas, verduras y cualquier vegetal.
No enjuagan, mucho menos lavan la carne, así como viene, la colocan en el sartén, cacerola o wok, y si te detienes a analizar un poco, lleva sangre, vísceras, y lo que se le pega desde que matan al animal de que se trate, durante todo su recorrido hasta que lo adquieren y cocinan, lo mismo pasa con las frutas, si bien les va, la tallan en su ropa y para la boca, las verduras que también llevan tierra y otros microorganismos, si acaso los pasan por el chorro del agua y a cocinarlas. Algunas frutas y verduras, se pelan, eso ya les reduce la suciedad que traen de origen, pero hay otras que tienen su corteza con pliegues y más que necesitan una limpieza más profunda, como la fresa, o vegetales que también por su formación requieren algo más que una simple salpicada de agua, como el cilantro o el perejil. Pero no se pone atención en eso, se cree que por ser alimentos naturales ya son sanos comerlos así.
De por sí, quien no ha hecho o visto, que en las parcelas la gente defeca y orina, porque ahí no los ven, eso contamina la planta de que se trate, desde la raíz, eso sin contar que los fertilizantes, el agua con la que se riega y demás, ya están contaminados, para que todavía se incremente con la falta de asepsia adecuada en su preparación. Pero así lo acostumbra la mayoría.
Por otro lado, como así se acostumbran a hacerlo, cuando venden comida en la calle, sea casa por casa, en un puesto semi fijo, fijo, o que trabajen en el más caro restaurante, que se cuente con todos los blasones que hay, las estrellas Michelin y demás, siempre hay niveles de contaminación en los alimentos. Peor aun es en los puestos o ventas callejeras. Los taquitos del ingrediente que sea, que tanto disfrutamos a cualquier hora del día los mexicanos, son de los más contaminados porque llevan cilantro y cebolla (dicen los chilangos, llorona y pasto), hay que ver como se preparan y como se trasladan hasta el lugar de la venta, te asustas cuando los ves, pero como todo, solo por un determinado tiempo, el mexicano es de memoria corta, así sea para cuidar su salud, además, en este caso, porque así esta acostumbrado a hacerlo en su propia casa, por lo que no le preocupa ver como lo hacen otros, al final son métodos similares. Ups.
Al hablar de alimentos adquiridos en la calle o lugares establecidos, no solamente se trata de comida, también pueden ser bebidas, helados, postres, dulces, y todo lo que se puede comer. Cualquiera de esos lleva su dosis de contaminación. Pero como dije antes, eso ha servido para que nuestro organismo agarre mejores defensas y cada vez sea más difícil enfermarse porque como desde el inicio de nuestra vida, la ausencia de una completa higiene se ha hecho presente, vamos incrementando los famosos anticuerpos, como se les dice coloquialmente, que no son otra cosa que protectores de nuestro cuerpo.
Ya solo cuando se sobrepasa la costumbre es cuando se vuelve a enfermar la gente, pero así se continúa viviendo, salvo desafortunadas excepciones, donde una fuerte infección puede terminar con la vida de alguien. Pero eso es porque se mezcla con otras enfermedades y todo se complica. Por lo general, aquí seguimos, vivos y fortalecidos por la alimentación deficiente y contaminada que diariamente consumimos.
Eso es lo que en muchos países no se explicaban, ¿por qué durante la pandemia se asustaban tanto? si la alimentación nacional en general es tan contaminada. Y la verdad, sí, fue más el susto que la realidad. Eso fue lo que mató a los que trascendieron y no el invento señalado.
Además, por qué el mexicano presume de su comida por regiones y en general, incluso criticando a los vecinos de estado, zona o región, por la forma tan insalubre de preparación, si al final de cuentas todos hacen lo mismo.
Como dije antes, no es privativo de cierto estrato social, solo que a veces la insalubridad es distinta, pero al final de cuentas, de que curte el organismo del comensal, lo curte. La gran diferencia es que los puestos callejeros, los que ofrecen los alimentos y cualquier cosa que se coma, están sucios, desaliñados, con ropa que si en verdad fuéramos como presumimos, no se antojaría comer ahí, porque, además de que están sudorosos, huelen mal, visten mal, algunos están jugando la mucosidad en su nariz o garganta, tosiendo, sin las debidas medidas, como el estornudo de “etiqueta” que inventaron durante la pandemia, se rascan cabeza, nariz, cuerpo y algo más, y siguen atendiendo. Grrr.
En cambio, en lugares fijos, pequeños hasta los más grandes, los empleados están uniformados, eso ya da más confianza a los comensales, aunque el problema sigue estando en la cocina, aunque pocos logran entrar ahí, pero la preparación deja mucho que desear. Tristemente. Ahí hay ratones, cucarachas, moscas y demás insectos, que algunas veces llegan a aparecer en algún plato de algún comensal, algunos se apenan y no cobran la cuenta, pero la mayoría son tan cínicos y pobretones que, con todo y eso, la cobran con inquilino indeseado incluido. Así es la vida diaria nacional, donde estamos mal desde el organismo, ¿qué podemos esperar de la mentalidad?