Durante mucho tiempo, el clero católico vivió del famoso diezmo que, con el paso de los años, ha disminuido por parte de la feligresía, obligando a la curia vaticana a ser creativos para allegarse de fondos financieros y poder vivir como una casta divina, mantenida de los creyentes y simpatizantes de la iglesia Romana.
Ahora cierran calles, organizan constantes tianguis en las plazas y más eventos para juntar dinero y sostenerse como un estrato cómodo que difunde la Biblia, convirtiéndose en un grupo de personas que son una carga pesada para la economía social, viviendo de la gente que sí trabaja como los campesinos, obreros, albañiles y de clases pudientes que los barbean.En este año, como en años pasados, ya es costumbre que una de las calles adyacentes a El Hospitalito, donde se venera a la Virgen de la Salud, se cierre el día 8 de diciembre para realizar una kermess nocturna y se presenten grupos musicales que no dejan dormir a la milagrosa Virgen, pero sí invitan a decenas de borrachos que se embriagan a todo lo que da, molestando el descanso de esa calle de Madero, todo con el objetivo de reunir fondos para el clero vaticano.
Ojalá aprendan los príncipes católicos de otras organizaciones religiosas cómo generar recursos sin molestar a la gente, tapar calles, fomentar el alcoholismo con música de narcos y ser más creativos para ya no ser una carga tan pesada para la población.
El ayuntamiento de Tacámbaro sabe que con el clero diocesano es complicado negarle permiso y, por eso, los vecinos deben de soportar las pachangas que organizan en la calle Madero para dizque festejar a la Virgen de la Salud, quien, estoy seguro, no necesita de tanto pinche ruido y borracheras para celebrarse. Pero la lana es la lana…