Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
13 ABRIL 2024.-Estamos en temporada electoral, aunque este sexenio de “esperanza”, prácticamente ha sido solo campaña, principalmente de la protagonista de esta entrega que no gobernó la CDMX, donde fue electa en el 2018. Porque estaba enfocada en darse a conocer en el resto del país, ya que había sido dedeada por el inquilino de Palacio Nacional para ser su sucesora, aunque como siempre, tengan otros datos.
Una candidata y posible presidenta, no se elige al vapor, sino de forma detenida y sobre todo, con tiempo de anticipación, por lo que quienes analizan y razonan, saben que la presunta elección mediante encuesta de los seis suspirantes, solo fue farsa y pretensión de engañar al electorado, además de utilizar ese tiempo para violentar la ley electoral, haciendo una falsa pre, precampaña, donde cada uno de los seis cuadros “gastó” cinco millones de pesos, que fue el presunto tope, aunque uno de ellos, se presume que no los recibió del partido, pero si utilizó dinero durante su ya de por sí, fallida intención. Y la pre, precandidata oficial, se observó que gastó mucho más, aunque, como siempre, dicen lo contrario y son austeros republicanos. Vaya falacia.
Pero pasando por alto, todo ese andar de cinco años, recorriendo el país, los fines de semana (eso decían), dando conferencias sobre el movimiento y más patrañas, llegamos hasta el presente, donde para la mayoría, resulta una travesía de la hoy, candidata, que sorteo tantos escollos para llegar ahí, pero para una minoría, se sabe que no es así. Y todo estaba adoquinado a su favor.
Prosiguiendo con la entrega, el domingo anterior se realizó el primer debate de los candidatos a la presidencia de la República (Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz [PRI-PAN-PRD], Claudia Sheinbaum Pardo [Morena-PV-PT] y Jorge Álvarez Máynez [MC]), bajo un formato, muy criticado por el partido en el poder, pero que fue idéntico a los de elecciones anteriores, pero ya estamos acostumbrados a que lo que beneficia, es bueno, lo que afecta y no les agrada es lo contrario. Así han sido estos más de cinco años de gobierno federal. Ups.
Si lo viste, amable lector, que por cierto los datos hablan de solo una audiencia del 18 % del padrón electoral. Muy poco, en un país, tan apático y los números lo muestran, además de carente de cultura política. Te diste cuenta de la mayor de todas las mentiras que la candidata oficial dijo. “No tener bienes materiales propios y vivir en un departamento rentado”. Y si no lo viste, harás como los seguidores de ella, y aun sin serlo, negarlo y causar asombro que una política tan “importante”, carezca de casa propia.
Claudia Sheinbaum Pardo nació el 24 de junio de 1962, desde 1995 forma parte como académica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, donde estudió. Al tener un doctorado con cédula profesional, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, en todos y cada uno de esos entes tiene un salario mensual, no solo ella, todos los que forman parte de esos selectos grupos. Además de que ha tenido otros empleos aleatorios. Ingresó a la política desde 1989 en el entonces PRD, y en el periodo del 2000 al 2006 fue secretaria del Medio Ambiente del entonces Distrito Federal, bajo las ordenes del actual presidente de la República, del 2015 al 2017 fue jefa delegacional en Tlalpan, del 2018 al 2023 jefa de Gobierno de la hoy CDMX, además de haber estado casada y tener una hija con Carlos Imaz Gispert (1987-2016), de no muy buenos recuerdos para el movimiento de la hoy llamada 4T.
Entonces, ¿cómo es posible que durante cerca de cuarenta años de servicio, con altibajos como cualquier profesional mexicano, no haya logrado tener un patrimonio? Una casa sencilla, un departamento, que su marido no le haya dejado una casa para quien durante casi treinta años fue su esposa. Eso es lo más frecuente, común y correcto en esta sociedad mexicana. ¿No crees, inteligente lector?
Por supuesto que algo no cuadra en esa declaración, donde incluso se atrevió a acusar a la opositora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, de ella vivir en casa propia, fruto del llamado cartel inmobiliario de la CDMX. Hazme el refabrón cavor. Eso si es el colmo del cinismo, porque cualquier ciudadano mexicano común y corriente, puede estar así, sin bienes propios, lo cual también es raro que ocurra, pero de un funcionario que aspira al máximo cargo político del país, es una inmensa farsa y una total y completa mentira, que pretende hacer pasar a la sociedad en general, como estúpida, porque, aunque haya gente sin un ápice de cerebro y escasas neuronas que lo crea, la mayoría, por supuesto que no se lo cree. Muchos, públicamente lo harán por no quedar mal con los que piensan distinto a ellos, pero en el fondo, por supuesto que lo dudarán, pero en general, es una total burla para el colectivo nacional. ¿Tú le crees?
Ya basta de que los políticos, en este caso, nos quieran y vean la cara de idiotas, es hora de despertar, de estrenar el cerebro, para eso lo tenemos, y no decir si o no, a todo lo que otros quieran, es tiempo de tomar conciencia propia, no de aceptar mentiras, farsa y corrupción. Por supuesto que, con esa declaración, encierra múltiples interrogantes, todas negativas, por supuesto, porque una persona, aunque sea mujer, porque también hay opiniones al respecto, dándole el beneficio de la duda, por cuestión de género, porque, ¿Qué se piensa de alguien que ha trabajado tanto tiempo y no tiene nada, ni siquiera una casa pequeña? Que es un derrochador, que gasta todo su dinero, en tonterías sin beneficio; que tiene vicios o adicciones donde se escapa el dinero (apuestas, drogas, etc.), viaja mucho y/o le gusta asistir a lugares caros solo por apariencia, gastando más de lo que gana, como hacen tantos mexicanos; que MIENTE, bajándose al nivel de lo que esperan los pobres, que son mayoría en el país, para ponerse a tono con la famosa austeridad republicana que tanto pregona su mentor, pero solo en el discurso y no en los hechos, etcétera, etcétera.
Y por supuesto que no es la primera, única ni ultima mentira, todas sus apariciones lo son, una persona que miente compulsivamente puede estar experimentando mitomanía, también conocida como pseudología fantástica o mentira patológica. Este trastorno sicológico es en el que una persona tiene una tendencia repetitiva a mentir. Estas mentiras pueden incluir relatos imaginarios y a menudo implican autoengaño. La mitómana miente constantemente, y esta conducta adictiva se refuerza por los beneficios que obtiene al hacerlo. Una presidencia, por ejemplo.
Los síntomas más comunes de la mitomanía son:
- Niveles de ansiedad elevados, cuando se presentan las condiciones ideales para mentir.
- Pensamientos frecuentes que incitan a mentir.
- Dificultad para resistir el impulso de mentir.
- Satisfacción cuando no se descubren las mentiras.
- Baja autoestima. El ignorar por completo a los otros dos contendientes durante el desarrollo del debate. No los volteo a ver a la cara.
- Pocas habilidades sociales. Se le notan.
- Tendencia a desdibujar la realidad, que aumenta con el tiempo.
Un mitómano se puede identificar porque:
- A menudo hablan de experiencias y logros en los que parecen heroicos y victoriosos. (Se autodenomina científica, presumió 10 presuntos premios que recibió durante su gestión como jefa de la CDMX)
- Cuenta historias elaboradas y llenas de detalle.
- Pueden tener diferentes versiones de la misma historia.
La mitomanía puede estar relacionada con otros trastornos de personalidad y comportamiento como el trastorno de personalidad antisocial, el trastorno narcisista de la personalidad y otros. Es un comportamiento compulsivo que requiere de ayuda profesional.
Quizás lo dudes, inteligente lector, pero estamos frente a un caso de similares características, las estadísticas señalan que siete de cada diez mexicanos, tienen problemas y/o trastornos mentales y de la personalidad, y por supuesto que los políticos no están exentos de ellos. Observa detenidamente, todas y cada una de las actitudes que muestra durante sus apariciones en los medios y si tienes la oportunidad de conocerla personalmente, durante algún mitin, mucho mejor, y te darás cuenta que la ciencia no miente.
Si que estamos hundidos mexicanos, porque en un momento dado, puede ser la presidenta de la República y no quiero imaginar, lo que vamos a padecer ese periodo. No importa por quien lo hagas, pero el dos de junio ejerce tu derecho de votar, es la única arma que tenemos los ciudadanos para contrarrestar las decisiones gubernamentales equivocadas que nos pueden afectar a todos. El país lo necesita, deja un momento atrás la apatía, la comodidad, las filias, las fobias, y el desinterés. ¡Hazlo!