Quiero aprovechar este espacio para hablar de las denominadas candidaturas independientes, un tema aún controvertido, porque no son tratados en igualdad de circunstancias los candidatos por esta vía con los candidatos tradicionales, postulados por un partido político, sea éste, federal o estatal.
Después de los intentos de Jorge Germán Castañeda Gutman, para ser considerado como candidato presidencial independiente; el 10 de febrero de 2014 fue promulgada la Reforma Político Electoral de México, en la que, además de reconocerse plenamente las candidaturas independientes, se fortalece la figura al garantizar que los candidatos postulados a un cargo de elección popular por esta vía, obtendrán recursos públicos y tiempo en radio y televisión.En las elecciones federales intermedias de 2015 fue la primera ocasión que participaron, presuntos candidatos independientes (porque todos tienen un pasado partidista), logrando el triunfo los siguientes seis:
Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, alias El Bronco, fue alcalde priísta en el municipio de García, Nuevo León. Obtiene la primera gubernatura independiente en el Estado de Nuevo León.
Manuel Jesús Clouthier Carrillo fue diputado federal panista, obtuvo la primera diputación federal independiente por el Distrito V con cabecera en Culiacán, Sinaloa.
José Pedro Kumamoto Aguilar, sin pasado partidista, por lo menos en ningún cargo de elección popular, es el primer diputado local independiente, ganó el Distrito 10 con cabecera en Zapopan, Jalisco.
Alfonso Jesús Martínez Alcázar fue en dos ocasiones diputado local y en una diputado federal, todas por el PAN. Ganó la alcaldía por la vía independiente del municipio de Morelia, Michoacán.
César Valdés Martínez, ex priísta, fue secretario particular de Jaime Helidoro Rodríguez Calderón, alias El Bronco, cuando éste fue alcalde de García, Nuevo León. Donde de manera independiente, gana la presidencia municipal de dicho lugar.
José Alberto Méndez Pérez fue alcalde por el PAN del municipio de Comonfort, Guanajuato. Como independiente, vuelve a ganar el mismo municipio.
Sin embargo, por cuestiones de importancia, los cuatro primeros son los que hasta el momento tienen los reflectores (primer gobernador, primer diputado federal, primer diputado local y primer alcalde independientes), de acuerdo con los cargos de elección popular que hay en nuestro país, sólo hacen falta el primer presidente de la República y el primer senador independientes, la presidencia, está difícil aún por esta vía, pero una senaduría es factible y puede darse el próximo año 2018.
Como te darás cuenta amable lector, candidato independiente realmente ninguno lo es, esto motivado por el sistema partidista que tenemos en nuestro país, en donde, si quieres hacer carrera política, tienes o tenías que ser miembro activo, de algún instituto partidista, de lo contrario estabas acabado.
Ahora a raíz de la reforma forzada por Castañeda Gutman, quien podría considerarse el padre de la misma, ya cualquiera busca participar en las elecciones locales (de 2016 y 2017) y lo harán, sin duda alguna en las federales del próximo año, cumpliendo con el porcentaje de firmas requerido; sin embargo, el piso no está parejo, porque no se ha especificado qué porcentaje de recursos públicos deben recibir los independientes, así como el tiempo en radio y televisión, si es la primera ocasión que participan. Los partidos ya tienen eso definido, tomando en base la elección local y/o federal anterior, pero un candidato independiente que no ha participado antes, no tiene una medida oficial, para no verse beneficiado ni afectado, sino ubicado en un término medio, como debiera ser lo correcto. Lo que ha impedido que surja el séptimo independiente ganador de una elección constitucional.
Sin embargo, el principal obstáculo o negociación entre los partidos del sistema político mexicano, es no permitir que los independientes ganen en alto porcentaje, porque los afectados serían la clase política en el poder, dejarían de percibir las excesivas cantidades de dinero público que en la actualidad reciben y que se reparten entre unos cuantos.
Esto es muy común en nuestro país, dar un tinte de democracia, pero frenada por el propio sistema, sin que la mayoría de los ciudadanos se enteren o quieran enterarse. Esa es nuestra democracia, que utiliza tantos distractores para lograr el resultado deseado. Porque ninguno de los seis triunfadores citados llegó ahí por casualidad, todo estaba plena y fríamente calculado, porque así convenía a los intereses del sistema político mexicano.