Con pesar escucho voces que se aferran a fórmulas o ideas del pasado, las cuales ya cumplieron con su aportación histórica; algunas de esas voces son de gente joven, lo que aumenta mi pesar. Como ejemplo de esas ideas anacrónicas señalaré solo de manera enunciativa dos: la no reelección y la tasa cero del IVA en medicinas y alimentos.
Sin entrar al análisis puntual de estos ejemplos, les puedo asegurar que son ideas que ningún país que pretenda crecer y desarrollarse económica y socialmente puede sostener en su andamiaje institucional.
El pasado no debe esclavizarnos a rutinas fijas ni a métodos estereotipados; debemos entender que muchas veces las soluciones del hoy pueden ser los problemas del futuro, por ende, debemos abrir nuestra mente a los nuevos paradigmas políticos y no debemos caer en el fetichismo histórico. Finalmente, debe quedarnos claro que la forma de honrar la memoria de nuestros héroes nacionales, lo es actuando y pensando, en la labor cotidiana, con su tesón, con su valentía y con su honradez, pero en la defensa de nuevas ideas y nuevos horizontes que permitan crear un mejor futuro para México, no defendiendo ideales fosilizados. Que nuestra historia no sea una resistencia a la innovación; al contrario, sea un lugar para abrevar y estimular la imaginación…