25 AGOSTO 2025.- “Me llamaban Plátano… y con ese apodo humilde me subí a los rings más grandes del mundo.”
Gamaliel Díaz nació en 1981 y, desde Tacámbaro, Michoacán, construyó una carrera a puro sacrificio. Sin la prensa de otros campeones, pero con un corazón que nunca se rindió.
En 2005 sorprendió al derrotar al invicto mexicoamericano Robert Guerrero y se quedó con el título NABF pluma. Guerrero lo vengó en la revancha, pero la historia de Gamaliel no terminó ahí. Siguió escalando, venció al dominicano Elio Rojas y hasta se midió con Jorge Linares y Humberto Soto, dos campeones de talla mundial. Perdió, sí, pero cada derrota lo endureció.
Llegó a Japón en 2012 como retador, sin cartel, sin favoritismo. Y en Tokio, contra todo pronóstico, le arrebató el título superpluma del CMB a Takahiro Ao por decisión unánime. Fue la noche de su vida, el momento en que un apodo sencillo se transformó en una corona dorada.
No pudo sostenerla: en su primera defensa, Takashi Miura lo venció y le arrebató el cinturón. Pero nadie le quitó lo vivido, ni la gloria de haber sido campeón del mundo.
Gamaliel “Plátano” Díaz: un nombre que no siempre aparece en los reflectores, pero que recuerda a todos que, en el boxeo, a veces el corazón pesa más que la fama.
FUENTE: Sparring Mundial REDACCION
