19 abril, 2025
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Bodas de plata del Padre Joel Ocampo en La Huacana

Con el padre Joel surge una luz de esperanza y ¡cuántos quisiéramos verlo algún día consagrado como obispo y dirigiendo a la iglesia local por un buen camino!

Más que ser mi amigo eres mi hermano…

 

Corría el mes de agosto de 1976. Mi padre quería que yo fuera sacerdote y él mismo se encargó de traerme al seminario; mi familia era de condición humilde como la de la mayoría de mis compañeros. Mi calzado era un par de viejos huaraches de dos correas y mi equipaje una caja de cartón amarrada con un lazo.

No conocía a nadie y muy de pronto me di cuenta que no solo la soledad no sería mi única enemiga. Los seminaristas más adultos nos tenían una gran sorpresa de bienvenida: nos robaron nuestro calzado y nos lo arrojaron a la cara por la noche, al siguiente día nos marcaron la espalda con las toallas mojadas y nos hacían la famosa “bolita” que consistía en encimarse sobre nosotros hasta hacernos llorar.

Lo más lamentable es que parece que a nadie le importaba lo que nos hacían.

El deseo de mi padre por verme vestido de sacerdote en pocos días se estaba derrumbando…el seminario no era lo que el cura de la parroquia me había contado y, a las dos semanas de mi llegada, decidí recoger mis pocas cositas, amarré nuevamente mi caja y me dispuse a largarme para siempre de Tacámbaro; no le avisé a nadie de mi partida, pero antes de salir a la calle alguien me tocó la espalda: …”No te vayas tocayo, yo sé que estas pasando momentos difíciles, pero yo quiero ser tu amigo y pronto tendrás más amigos y verás las cosas de otra manera…”.

Aquel adolescente, al igual que yo, era mi tocayo Joel Ocampo Gorostieta, que con una voz suave y sincera me convenció a regresarme y me quedé casi 10 años. A él lo conozco desde entonces y desde seminarista ha sido un hombre INTEGRO, jamás lo vi pelearse con los compañeros o utilizar su lengua para agredir u ofender; nunca dejó de cumplir su apostulado, misas y oraciones diarias, era muy responsable en sus estudios y desde chico sembró buena semilla por todas las comunidades donde sirvió sobre todo a la gente humilde, a la olvidada, los desposeídos, los de abajo…

Ha sido un hombre modelo y, aunque algunos amigos sacerdotes se ofendan, Joel Ocampo es un guía espiritual DIFERENTE, dando siempre testimonio de una entrega total a Cristo y al pueblo de Dios tan necesitado de un líder como él.

A nadie niega un abrazo, una sonrisa, una palabra de ánimo. No cabe duda que nació para servir y no ser servido. Todo esto quedó plasmado con el cariño que la gente le entregó el pasado lunes 21 de abril en La Huacana, cuando le prepararon un gran festejo por sus bodas de plata; cientos de personas hacíamos filas para felicitarlo, hubo abundante comida, regalos, música y sobre todo mucha alegría.

Como este sacerdote son los que necesita la diócesis. En un ambiente convulsionado por tanta violencia, maldad, desempleo y miseria; en medio de una creciente incredulidad, materialismo y falta de fe en lo sobrenatural y rodeados de tanto escándalo por sacerdotes pederastas, mujeriegos, alcohólicos, vividores y homosexuales, es urgente un pastor que ponga orden y sobre todo de un buen testimonio.

Con el padre Joel surge una luz de esperanza y ¡cuántos quisiéramos verlo algún día consagrado como obispo y dirigiendo a la iglesia local por un buen camino!

Ojala la jerarquía eclesiástica escuche la voz del pueblo (Vox populi, vox Dei) en la elección de nuestros guías espirituales, porque todos sabemos que para elegir un pastor al que menos se toma en cuenta es al pueblo creyente.

En la iglesia la DEMOCRACIA simplemente no existe y al pueblo solo se le toma en cuenta para que pague el diezmo, coopere para construir templos materiales, pague por recibir sus sacramentos, haga rifas y kermeses y de limosna…esa es y ha sido la triste realidad por los siglos de los siglos.

Espero equivocarme y poder ver algún día a mi tocayo celebrando sus bodas de oro, sosteniendo su báculo y su tiara en la cabeza y rodeado de gente humilde y sencilla.

¡Felicidades tocayo! Y sigue siendo el hombre honesto que siempre has sido. Yo no quiero ser solo tu amigo, quiero seguir siendo tu hermano como cuando nos conocimos en 1976…