En ciencias políticas, sociales, jurídicas e internacionales las expresiones de los postulados identifican a los sujetos, las entidades y, medios de aleccionamiento en sus ideas, posturas y discursos, las convicciones de las personas en la sociedad se pueden definir como unipolares, bipolares y multipolares.
La bipolaridad “es el término histórico empleado para referirse al equilibrio de poder existente en la llamada “Guerra fría” entre los bloques socialistas liderado por la Unión Soviética y el capitalista liderado por los Estados Unidos y que persistió hasta la caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución del bloque socialista y la Unión Soviética en 1991″.La multipolaridad: “En matemáticas define la multiplicidad de un miembro de un multiconjunto, es el número de pertenencias que éste tiene en el multiconjunto.” En un ejemplo más aplicado en el Multilateralismo, “es un término usado en relaciones internacionales para referirse a la actividad conjunta de varios países sobre una cuestión determinada.”
El imperio romano cristianizado por el Emperador Constantino terminó dividiéndose bipolarmente en dos realidades cristianas, la cristiana occidental Romana y la oriental ortodoxa bizantina. Realidad que tuvo su contrapuesto ideológico doctrinario con la expansión del Islam, realidad cultural con la cual sostuvo ocho cruzadas (guerras).
El mundo europeo occidental durante la Edad Media se sentó en una era unipolar en torno a los principios, normativas y procedimientos del derecho inquisitorial estableciendo, regulando y normando la fe, la doctrina, la ideología, la educación y la libertad de expresión.
Lo cual inspiró a escribir al monje católico alemán Martin Lutero sus noventa y cinco tesis, lo cual generó una revolución teológica en el mundo occidental cristiano y dio nacimiento a la libertad de expresión religiosa con la reforma protestante y de manera evidente fraccionó el mundo cristiano occidental y lo terminó multipolarizando, permitiendo el nacimiento de nuevas casas, templos y congregaciones de la verdad y de otras perspectivas de creer en el Dios único y verdadero.
En comportamiento personal se entiende que bipolaridad es un conflicto de doble personalidad con una numerosa expresión de comportamiento. O “también conocido como trastorno bipolar y antiguamente como sicosis maníaco-depresiva, es el trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo”. En la geopolítica internacional, los Estados y las naciones definen sus identidades según sus realidades sociopolíticas.
El mundo en su esfera internacional conoce la existencia de muchas realidades con una marcada bipolaridad basada en aspectos religiosos, políticos y culturales, como las dos Irlanda del Reino Unido, la realidad de los protestantes cristianos pro británicos en el norte y la de los Irlandeses católicos nacionalistas en el sur. En Asia se encuentra la Corea del Norte, socialista con economía y mercado planificado y Corea del Sur, capitalista con economía de libre mercado. Sin obviar otras realidades existentes entre católicos, cristianos y musulmanes en naciones africanas como Costa de Marfil y otras tendencias que dividen a la sociedad en cuestiones de género, derechos humanos y reconocimientos, como los que alegan las sociedades insurreccionadas en muchos países de África, como Egipto y Túnez. Agregando a estos, los conflictos antiguos ya conocidos en Medio Oriente entre árabes y judíos.
Estas perturbaciones sociales y sus trastornos políticos por dualidad son comprensibles. En muchos casos históricos se pasa de la unipolaridad y la bipolaridad a la multipolaridad, creándose la dispersión y desintegración de sistemas y regímenes como sucedió excepcionalmente en la Edad Media y con la caída bipolar del muro de Berlín y la reunificación alemana.
Cuando la unidad integrada en la Unión Soviética se dispersó y multipolarizó, creando nuevos estados y naciones, sucedió con la Federación Yugoslava y sucede en muchos países de África del Norte.
Nicaragua presenta una historia paralela con dualidades políticas entre conservadores y liberales, entre nacionalistas católicos independentistas y revolucionarios liberales, francmasones y protestantes, entre derechistas e izquierdistas, entre nacionalistas e imperialistas, entre marxistas y nihilistas, y cristianos, ateos y creyentes. Hoy en día la inteligencia de las organizaciones religiosas y políticas apuesta a una educación con aleccionamientos, con adoctrinamiento y asimilación firme; sobre la base de un bien examinado provincianismo; con práctica comprometida en el servicio y militancia de sus acciones.
La personalidad tiene cualidades y características esenciales en el desarrollo de las expresiones ideológicas, en sus aspectos normativos y convencionales del comportamiento: el culto, la creencia en la herencia ancestral cultural, la prédica de valores y difusión evangelista, que define la identidad y pertenencia a una institución, un gremio, una comunidad, un partido, una pandilla o una fraternidad. Hoy ni las organizaciones políticas convencionales omiten esta realidad, la multipolaridad ideológica amenazaría con desaparecerlas, si así lo hacen, por lo que bajo ciertas realidades sociopolíticas; la bipolaridad es la base de un sistema instrumental institucional y constitucional.
Es la regente más adecuada al orden vigente de la época. Ése es el ejemplo histórico político de la democracia bipartidista de los Estados Unidos entre demócratas y republicanos, tejida al modelo anglosajón del imperio británico, también con dos partidos, con un primer ministro y también es la clara realidad histórica y política del modelo de gobiernos bicéfalos con un jefe de gobierno y un jefe de Estado. La bipolaridad ideológica política ha sido la fórmula de la estabilidad de los sistemas de gobiernos en la actualidad y su estabilidad y no quebrantamiento es muy importante, para las organizaciones políticas que lo sustentan, porque así mantienen su existencia, su dependencia y hegemonía y hospedaje en el poder.
Una ideología política coherente y definida puede ser capaz de reunir a militantes pertenecientes a diferentes cultos religiosos. Si es que el creyente de la ideología del partido cree también en la religión de su congregación. Hay iglesias que por su comprometida doctrina e ideología coherente, no conciben una mentalidad bipolar, sobre sus puntos y principios teológicos de prédica y práctica, en cuanto a relacionarse con una ideología partidaria. ¿Qué hace a un militante partidario con trayectoria reconocida congregarse en una iglesia determinada? ¿Qué hace un devoto creyente y bien aleccionado a su prédica y doctrina de evangelización en un partido político?; o es el creyente converso y congregado, un cruzado evangelizador en una campaña de conversión y búsqueda en el mundo ideológico de las confundidas organizaciones políticas, o ¿es el militante partidario, que se encuentra en una misión operativa de captación e implantación de elementos y estrategias de su partido en las estructuras de las congregaciones?
Las realidades teológicas e ideológicas de la actualidad han pasado de la bipolaridad a la multipolaridad entre creyentes y ateos, católicos y protestantes, cristianos y musulmanes. Es un mundo de aleccionamientos, de adoctrinación, de conversión y reeducación ideológica, de propagación y difusiones culturales, es una nueva guerra psicológica por la conquista de la atención, concentración y control de los pensamientos y acciones de las conciencias que forman parte de la bipolaridad y multipolaridad del mundo de hoy.
Analista