20 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Arena suelta. Una imagen dice más que mil palabras…

Las imágenes que encontramos a nuestro alrededor suelen ser verdaderos descritos de lo que somos y podemos dar o quitar para sí y los demás, es decir la contaminación del entorno o el ambiente alfabetizador genera no solo un estado de ánimo sino que además puede dirigir conductas de quienes habitan para bien o para mal en determinadas zonas o áreas, que se diferencian las unas de las otras por el caos o el orden y la tranquilidad o el ruido.

La comunicación, que conocemos no solo se da de boca en boca o por escrito, sino también por señas o imágenes, obliga a  leer, decodificar y entender todo cuanto nos rodea, de esa manera ubicarnos justo en el sitio en el que el tamaño del espectacular, con los colores, la imagen y las pocas letras del anuncio hacen que se antoje y se quiera ser parte, comprar o vender, entre otras tantas acciones.

Al ser humano le agrada hacerse imágenes y crearlas, desde luego hay quienes profesionalmente se dedican a la plástica, los que no solo conocen el concepto exacto del término sino que además llevan a cabo su proceso, su creación y hasta con una imagen logran la fama. Hay los que se han llevado todas las porras,  artistas que han dejado de ser simples pintores, fotógrafos o escultores, solo por mencionar, debido a tan especial visión que tuvieron y captaron solo de una escena.

Hay imágenes que han marcado un antes y un después por todo lo que ellas guardan, y se han basado en momentos irrepetibles de un tiempo memorable, dichas obras han abarcado prácticamente todas las áreas sociales, pues lo mismo no pasa por alto una imagen de la celebridad Marilyn Monroe en la que su vestido parece volar mientras ella lo detiene y sonríe coquetamente, que la conocida fotografía de Einstein en la que luce canoso y con el cabello desaliñado.

Las imágenes nos vuelven a la historia, nos han hecho reír y llorar muchas veces son tan funcionales en la vida del hombre y la mujer de ayer y hoy que incluso nos retratamos o en la selfie tratamos de inmortalizar el rostro centrado en un lugar que nos interesa, con el clima y la gente que deseamos, y que incluso en este periodo de la evolución tecnológica se le terminan danto pinceladas de estética elevada a lo que después se guarda, se publica en las redes sociales y si se desea también se podría imprimir.

Hemos comentado de algunas imágenes atractivas y de agrado, sin embargo hay las otras, esas que llenan de tristeza, incomodan o hacen que nos invadamos de impotencia, ejemplos hay, muchos pero algunos de ellos son “el buitre” de Carter, “Vietnam” de Huynh o “la niña afgana” de McCurry, en las dos primeras se deja ver la pobreza humana, el dolor, el hambre y la muerte y en la tercera además la profundidad de una mirada que incluso mereció la portada de una revista con  presencia internacional.

No tenemos que salir lejos para ver imágenes que bien nos pueden gustar en demasía o aquellas que nos causan repudio, los canales de videos constantemente  se alimentan de series de imágenes que denotan rabia o inconformidad, la enseñanza y el descaro, entre otros muchos más, la situación es recordar que no tenemos que ir a charlas de autoestima para hacernos reflexionar, y que el uso del internet no está limitado al mero chisme, a los videos musicales o “el face” sino que hace falta explorar más y encontrar sitios de valioso contenido, como esos en los que se ven a las organizaciones civiles ayudando, salvando vidas humanas o animales, impartiendo justicia o realizando actividades en las que se antoja incorporarse y ser parte solo por ayudar.

Imágenes como las que muchos no hemos visto, pero que pasan, nos han de permitir reflexionar respecto a la realidad en otras latitudes y tal vez con ello valorar lo que tenemos o exigir el cumplimiento de las garantías individuales. No hace mucho veía imágenes de las madres que tienen hijos desaparecidos y que mientras escribo estas líneas se están exponiendo en el paseo de la reforma en la capital del país, también vi a "Las Patronas" pasando comida y agua a los inmigrantes en el tren "La Bestia" durante su camino a la frontera con la Estados Unidos, casos que devastan el alma en una mirada e imágenes que confunden el bien con el mal y nos recuerdan que se puede ser pobre por no tener dinero o por no querer ayudar al prójimo, reafirmando además que una imagen dice más que mil palabras y te cuentan muchas historias.