Dr. Tayde González Arias (Analista)
Los grandes conflictos globales hacen notar la calidad humana que tiene cada uno de los lideres mundiales, mostrando a quienes razonan, a los que actúan con despecho y rencor, y a los que prefieren, en todo momento, anteponer el acuerdo a la guerra, los que consideran que no hay mayor bien que la paz, y que el conflicto bélico nunca tiene a un sensato ganador, una vez que se entregaron vida.
Han pasado los tiempos en los que se iniciaban guerras para obtener nuevos territorios, esos tiempos bárbaros en donde los ganadores imponían sus formas de vida, ya pasaron, y bien valdría la pena recordárselos a esos lideres que buscan excusas para apoderarse de los recursos naturales que tienen algunas naciones con menos capacidad militar a las suyas.
El mundo tiene tiempo que evolucionó, y prueba de ello es la adopción de conceptos como la libertad, la democracia o la soberanía, siendo ésta última de especial importancia, una vez que elimina la posibilidad de injerencia de otras naciones en los asuntos propios de la organización política de la vida interna de los pueblos, pues un estado soberano es el que crea su vida propia y toma sus decisiones desde sus habitantes, con su gobierno, con sus autoridades, y no por la presión u opiniones de otras naciones, por eso, independientemente de las creencias religiosas, o de las condiciones de vida, lo realmente importante es que cada estado nación se autodetermine, es decir que sea cada población en el mundo quien, desde sus ciudadanos, elijan y digan cuál sí es el camino, y por dónde no quieren transitar.
Es claro que existen mandatarios que sabiendo de su poderío militar se sienten en el derecho de intimidar a otros pueblos, los que fieles a su amor por la guerra, se atreven a jugar con asuntos bélicos con tal de ganar una elección, o bien para recordarle al mundo cuál grandes son, es el caso de Estados Unidos, que hoy tiene en la mira nuevamente a la nación árabe de Irán.
En los conflictos internacionales juegan un papel muy importante los aliados, y aunque en el caso de lo que algunos han llamado como la tercera guerra mundial, mandatarios de Rusia, China, Alemania, Francia e Inglaterra, se han expresado por el acuerdo y por la no intervención, es muy complicado que puedan olvidar los iraníes el asesinato a sangre fría de su líder militar que los hizo salir a la calle en ríos a darle el último adiós, por lo que no nos parezca descabellada la idea de que muy pronto, sea desquitada la vida de su ídolo con la vida de estadounidenses.
Llama la atención el ataque con drones al aeropuerto de Irán, que trajo como consecuencia la terrible muerte del líder militar iraní, porque se da justamente cuando el mandatario de Estados Unidos se encuentra en un proceso de reelección, y a la vez de juicio político, dejando entre ver el valor y la importancia que tiene para la nación de las barras y las estrellas, el que su Presidente tenga conductas bélicas, y/o, lo fácil que resulta para los que tienen misiles y armamento poderosos, jugar a la guerrita con tal de hacer cortinas de humo, desviar la atención, o ganar elecciones a como dé lugar.
La prudencia debe prevalecer en el pensar de los mandatarios de las demás naciones, que también cuentan con un poder militar considerable, se esperaría que tanto del lado de Irán, como de Estados Unidos, se puedan escuchar consejos de sus aliados para evitar a toda costa ir a la guerra, sin embargo se vislumbra difícil que eso suceda, una vez que el Medio Oriente, casi nunca olvida nada, y antes al contrario, siempre llevan abiertas las heridas y a la primera oportunidad, derriban aviones, tiran torres o franquean sedes de poderes importantes.
Después de la segunda guerra mundial, las naciones habíamos vivido en calma, y aunque México, bien o mal, tiene una política internacional de paz, no obstante ahora viviendo en tensa calma con Bolivia por conocidos hechos, se augura que los conflictos internacionales continúen, y lo único que nos queda como fé y como opción es que cada pueblo tenga el líder que merezca tener, y que en éste merecimiento, los hombres y las mujeres que definan el camino de los pueblos, sepan que ninguna guerra puede ser buena, mientras se entreguen vidas.