8 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Arena suelta. Si es privado, no lo pongas en Facebook. ..

Las redes sociales han cobrado en los últimos años una importancia relevante y han sido plataformas para lograr y medir una popularidad considerable, que lo mismo aplica para una persona que para una empresa. De origen una de las ventajas que tiene Facebook, Twitter, Instagram o LinkendIn es que son abiertas y prácticamente cualquier persona con acceso a internet puede abrir y manejarse en ese gran mundo cibersocionauta.

El problema de la popularidad es que puede llegar a hacerse una adicción y cuando alguien se empecina en ser conocido, hace prácticamente de todo, hasta pagar. Cuando decimos que se hace de todo con tal de llamar la atención y volverse un youtuber o un influencer, es exactamente eso, de todo, por eso  los videos en los que no hay ápice de inteligencia sino de bobería, cosechan una cantidad sumamente alta de vistas, visitas y likes.

Las personas, no solo no nos hemos conformado con tener un número telefónico, ahora una cantidad considerable tienen más de un teléfono móvil, y también por supuesto un mayor número de cuentas abiertas en las redes sociales, lo que maximiza la cantidad de perfiles manejados por una misma persona, de tal suerte que se puede tener varios “me encanta”, “me molesta” o comentarios creyendo que son legítimos, pero se trata solo de una misma persona (o máquina).

No hace mucho (durante el proceso electoral) se llevaron a cabo campañas para identificar y evitar caer en noticas falsas o fake news, era conveniente porque parte de las guerra sucia tuvo y tiene que ver con la falsedad de información, los rumores y la desacreditación.

Incluso se han formado organizaciones para evitar, controlar o acabar esta conducta que llega hasta conformar un delito y que genera sicosis, miedo o distrae la atención para que las mayorías no nos demos cuenta de lo que en otras áreas sucede.

En el tema de las redes sociales, hay un sector por demás explotador de las mismas, hablo de los políticos, los que toman los recursos que deberían ser destinados al apoyo social, a la puesta en marcha de acciones sencillas o grandes para acercar al bienestar a todos los sectores sociales, pero que deciden pagar publicidad y hacen notar su músculo con millones de seguidores, interacciones o comentarios que solo ellos se creen.

Se le ha olvidado a la gente el termino, virtual, es decir aquello que no es real, y podrá pagarse para autoengañarse o incluso se le podrá pedir a un grupo de personas que siempre que se suba algo a las redes interactúen, se comparta o comente, pero de qué sirve eso si en el fondo lo que vale es que se crea, y no se engañe, que se den resultados y no que se juegue con las imágenes truqueadas, haciendo ver mil almas en donde solo hubo un par de personas.

Las redes sociales de los políticos, suelen estar atascadas de empleados suyos, quienes dejan notar veleidades para continuar con trabajo, pero tienen igual de voluntad, como el desierto  agua. Lo mismo que las éxitos musicales muchos de los usuarios favoritos han sido “flor de un día”, y entre otras cosas eso tiene que ver con que se desconoce cuál es el sector de la sociedad que mayormente integra cada red social, de qué edad y con qué intereses, esos datos los guardan muy bien los administradores de Facebook, pues esta información bien que la han sabido vender a los que han pagado por ella, de tal suerte que países en América, Asia o Europa, han entablado demandas serias y formales por estas malas prácticas.

Como ciudadanos comunes, debemos estar más que listos, actuar con toda la inteligencia posible para evitar llenar de cosas intimas o sin valor nuestros perfiles, y mucho menos aquello que comprometa nuestra integridad o la de nuestros seres queridos, no creer en todo lo que dice  publicidad, porque por eso se pagó, y pasar de la bobada a una comunicación inteligente, bien dirigida y hasta educativa, de esa manera estaremos demostrando que somos dignos usuarios de la gran telaraña mundial y cualquier red social, existente o por venir.