22 diciembre, 2024
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Arena suelta. “Norma Piña es presidenta de la SCJN por mí…”

Dr. Tayde González Arias       ANALISTA

 

11 FEB. 2023.-La narrativa que, desde el poder, ha venido desarrollando el Presidente de la República, ha tenido especial énfasis para los grupos feministas, y alcanzó un auge por las palabras expresas tras la celebración del 106 aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el pasado 5 de febrero en la ciudad de Querétaro.

 

El reconocimiento de los tres poderes de la Unión no debe ser de ninguna manera cosa de letras en un papel o un documento importante, sino que debe tratarse en los hechos de una auténtica autonomía, por lo que ninguno ha de estar subordinado al otro, por lo que no se deben pleitesía de ningún tipo, sino respeto estricto. Aunque el respeto generalmente se muestra por conductas políticamente correctas y costumbres, cuya adopción protocolaria dan a notar jerarquías o igualdad en los niveles de la función pública, no debe ser, ni debiera ser obligatorio el aplaudir necesariamente o forzosamente cuando alguien habla o se hace presente, sino únicamente cuando hay sorpresa, admiración o acuerdo, y no de manera hipócrita.

Si nos paramos sólo porque todos se ponen de pie, si aplaudimos, aunque no estemos de acuerdo, y si felicitamos, aunque no sea de merecerse algún acto o participación, nos estaríamos convirtiendo en reverendos monigotes, en seres cuyo razonamiento se limita a repetir, y a mostrar lo que no sentimos, sólo por quedar bien.

 

No se puede encontrar valor en todo aquello que no tiene el principio sublime de la honestidad, por eso el que la Presidente de la Corte no se pusiera de pie, o no aplaudiera al Presidente de la República en un acto, no puede representar de ninguna manera una condición de reproche o señalamiento, como si debe ser cuestionado, el por qué el mandatario mexicano, no se hace acompañar inmediatamente a sus costados a los representantes de los otros dos poderes, y antes permite y acepta que estén los militares de los que él es el jefe máximo.

 

Es en las acciones como en la narrativa, donde se debería notar la astucia y la experiencia política o lo que también se le llama en México “colmillo” del presidente, para que en lugar de dar explicaciones o respuestas diariamente a los medios, no quepa duda de que es el demócrata que siempre ha dicho ser.

 

Como bien se sabe en al argot público; el pez por la boca muere, ¿qué necesidad hay, de decir – para hablar en plata- :”Norma Piña es presidenta de la SCJN por mí”?, ninguna, porque un representante de una nación y de un poder, debe saber que lo que diga puede ser interpretado de muchas maneras, y por qué ahora que existe la posibilidad de reconocer a las mujeres por su trayectoria, éste tipo de comentarios no abonan a la lucha por la igualdad y la equidad.

 

Aunque se volvieron a reunir en fechas posteriores y al parecer por atención, y ojala por el buen manejo de las relaciones entre los poderes, se dieron la mano el Presidente y la Presidenta, otra vez al lado del mandatario, estaban su secretario ( por cierto presidenciable), y sus altos mandos militares, cuando bien pudo pedir colocar a la y los representantes de los otros dos poderes y enviar un mensaje de rectificación y reconocimiento a la autonomía de cada uno de ellos.

 

Para qué dar entender cosas que no son, para qué dar pie a malos entendidos, y hacer o permitir que debido a estas acciones sean motivo de discusiones entre los integrantes de los poderes, cuando hay que discutir sobre temas torales, como los pendientes legislativos en materia de derecho humanos, cuando hay que debatir y solucionar una lista tan grande de pendientes en nuestro país que van desde acabar con la pobreza hasta mejorar las carreteras o caminos, entre muchas otras cosas.

 

Ojalá impere el acuerdo y se cuiden las formas, pugnando siempre por el respeto a la autonomía de los poderes, viviendo en el presente y dejando que el pasado únicamente sirva para no repetir los errores. Con un discurso hacia adelante, con la vista hacia enfrente y no mirando siempre para atrás.

 

Las propuestas deben partir de lo que tenemos y no de lo que puedo ser, al fin y al cabo, se eligen a los presentantes de todos los niveles para que el mañana mejore, para que en el presente se trabaje y en el futuro se alcancen las metas a las que otros ya llegaron.

No hay quedar espacio para perdernos en un juego de interpretaciones, sino que las acciones y las palabras sean tan claras que muestren un futuro prometedor, con palabras sensatas y claras, cuya interpretación no deje espacio a la suspicacia, sino a la realidad que deseamos y al futuro que merecemos tener.