14 enero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Arena suelta. México decide…

La decisión que debemos tomar los mexicanos este primero de julio será de suma importancia, y tras un espacio de conciencia y tranquilidad proselitista se espera que sea respetada la decisión de las mayorías en los comicios, lo que constituye el más grande y esencial valor en las democracias del mundo moderno; que disfrutan del poder ejercer su voto y de ser defendido si es necesario y o respetado en primera instancia.

Como todo ciudadano preocupado por el bienestar social, esperaba que los 45 días de campaña transcurrieran en calma, paz y tranquilidad, sin embargo, saber de más de 150 personas victimadas relacionadas con el proceso electoral no hace que de esa manera se pueda siquiera calificar, o como un tiempo de fiesta democrática, antes al contrario los más de 30 candidatos y candidatas asesinados nos aleja, como país, del sendero de la civilidad y la cultura política limpia, sensata o digna.

Los movimientos sociales que le dieron vida al sufragio efectivo y las vidas que costó pasar de en su momento de un imperio (aunque corto), a una especie de dictadura, siguen siendo muchas, porque son víctimas de la democracia los y las caídas, en búsqueda de ser los líderes, o guías de sus pueblos. Los que soñamos alguna vez poder servir al pueblo desde algún cargo político, ahora sabremos que tendremos que ser competidores en un deporte de alto riesgo, lo que no sólo hace posible declinar o alejarnos de la posibilidad de contender alguna vez, si no que posiblemente en ese camino quede nuestra vida.

Siendo las Secretaría de Gobernación, y el propio Presidente de la República, así como las autoridades locales y estatales, los responsables de garantizar el derecho a votar y ser votados, considero que les hace falta la reflexión y la mano dura cuando de dar seguridad se trata, no se puede ser blando con esas cifras, ni exponer ninguna vida en un proceso que debería incitar a la civilidad, hace falta disciplina militar en tratándose del resguardo de los bienes electorales, pero sobre todo de los ciudadanos, sin los que no existe democracia.

Las debilidades del Estado de Derecho se pueden encontrar en varios sectores o áreas, pero es imperdonable que no se haga lo necesario o más para que un hombre o una mujer en este país pretenda y sea, si así es la voluntad general, un digno representante investido en la Presidencia Municipal, una Diputación Local o Federal, las Senadurías o la Presidencia del país.

 

Si la división de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos claramente es dogmática en su primera parte, de ese modo deben de hacerse cumplir cada derecho humano, que desde luego como es el tema en cuestión, se garantice la voluntad popular y la libertad de elección. No es bajo ninguna circunstancia aceptable la compra de las voluntades, y mucho menos la intimidación.

Los candidatos asesinados a la fecha son y serán víctimas no solo de quien les quitó la vida, sino también de un sistema que no supo o no pudo garantizar su seguridad, su vida. Cabe la reflexión a las capacitadas fuerzas policiacas, es momento del análisis de sus mandos, respecto a identificar cuáles son sus debilidades, y hasta donde es posible que se vean corrompidos, pues ideas como que se les quite el trabajo, no se les pague o se les obligue por cometer  acciones deshonrosas  u homicidas nunca serán cuerdas ni conscientes cuando por otro lado manchan de sangre al país, dejan hijos huérfanos y padres y madres sin sus hijos.

El llamado a la paz, a la libertad y la vida sensata, es una exigencia y un deber de quien la clama, pues el país está en luto y así deberá de decidir qué es lo que considera mejor para su pueblo en el futuro inmediato. No más agravios a la democracia, no más muertos, sí más seguridad, y todas las voluntades sean en pro de la democracia mexicana.