6 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

ARENA SUELTA. “ESTE PROGRAMA ES PÚBLICO, AJENO A CUALQUIER PARTIDO POLÍTICO. QUEDA PROHIBIDO EL USO PARA FINES DISTINTOS A LOS ESTABLECIDOS EN EL PROGRAMA.”

DOCTOR TAYDE GONZALEZ ARIAS

Los programas que opere cualquier orden de gobierno deben ser auditados de una manera meticulosa, pues no es suficiente leer el mensaje que dice que “Este Programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa.”, sino que es necesario que efectivamente eso suceda.

Uno de los problemas del actual Gobierno Federal es que pareciera que siguen en campaña, y que quienes fueron promotores del voto en favor del partido en el poder, ahora con un nombre diferente, siguen siendo los encargados de empadronar y gestionar, beneficios diversos, entre los que destacan las becas, usando incluso los colores y la tipografía que usaban desde la campaña.

La claridad en el reparto de los beneficios sociales debe ser desde las reglas de operación hasta un proyecto sexenal y de ser posible transexenal, que garantice que al joven, niño, niña, adulto mayor u hombre o mujer, que se le otorgue algún beneficio, no termine gastándolo en nimiedades o cosas que no solo no rinda frutos sino que permita que se siga entendiendo la mano, y el gobierno siga actuando al más puro estilo del paternalismo.

Es cierto que en algunas ocasiones, y en muchos lugares se tiene que dar de manera directa a los que más lo necesitan, pero de ninguna manera se puede aceptar que se entreguen apoyos como prebendas o para la compra de la voluntad, ya sea de una persona o de toda una comunidad.

Infringe la ley el gobierno de cualquier lugar, cuando actúa por capricho o por sí sólo, sin seguir las normas, o más aún, cuando lo que pretende es mantener el poder, a base de dádivas, o teniendo como medio la entrega de recursos, para recibir como resultado el espaldarazo, tal como sucede en los sistema clientelares, que no solo dañan la democracia, sino que además lleva a los ciudadanos directo al barranco de la flojera, de la falta de iniciativa y el sin sabor de la inactividad.

La entrega de los recursos o de los apoyos, cualesquiera que estos sean, debe acompañarse de proyectos de continuidad, y con el propósito de generar riqueza, con emprendimiento y bajo la capacitación empresarial y técnica para que realmente se construya el futuro, en la autorrealización, y no en asegurar que en las próximas elecciones se garantice el triunfo de quienes los proveen.

Ningún gobierno, de ningún país, debe olvidar que su razón de existir es facilitar la vida de sus gobernados, pero lo debe hacer con orden y planeación, con razón de causa, pero sobre todo considerando que el fin, no es entregar y dar a diestra y siniestra, sino que cada sujeto, pueda contar con elementos técnicos suficientes, que permita superar sus adversidades económicas, no por un corto tiempo, sino de por vida.

 

En donde existen recursos, desafortunadamente, hay también posibilidades de corrupción, por lo que quienes manejen esta delicada área, además de ser meticulosos, deben mostrar una calidad moral intachable que garantice que los dineros, no solo estarán a salvo, sino que su destino será el adecuado, bajo la premisa de que el dinero se invierta y que los frutos sean la proliferación de nuevas empresas, y no que recursos tengan un efecto multiplicador, y no sólo se entregue por entregar.

El programa icónico de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, en el que mes a mes se entregan tres mil seiscientos pesos, del que se habla que unos 344 000 jóvenes son los receptores, tiene una serie  de defectos que se deben enmendar, entre ellos, se encuentra el que no hay certeza del fin que tiene el dinero, por lo que incluso han circulado imágenes en las redes sociales, en las que se ve a supuestos beneficiarios, apostando dinero, y se habla incluso  de que en algunas empresas o instituciones, al parecer, se les llega a dar una parte de la cantidad a los supuestos tutores o jefes de las áreas o empresas en las que se encuentran adscritos.

Si bien es cierto que muchos son los becarios que necesitan los recursos económicos, y que viviendo en país de desigualdades e inmerso en la pobreza, hacer más llevadera la vida es también un fin del gobierno, no debe quedar espacio para la suspicacia o la falta de claridad para saber de dónde viene el dinero, y a dónde va a ir a parar.