4 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

ARENA SUELTA. EL PODER Y LOS PODEROSOS…

Dr. Tayde González Arias   (Analista)

El poder es más que una palabra proveniente del latín vulgar,  pues, en sí, el ser posible y el ser capaz, como significancias del mismo, permiten adaptar concepciones que no necesariamente guardan  buena relación con los que le ostentan, debido a que en muchas ocasiones los poderosos  hacen uso de esta facultad para soslayar los derechos de los demás.

Si bien es cierto que el que hace posible que algo suceda tiene el poder consigo, al igual que aquella persona que tiene la capacidad para realizar tal o cual tarea, la realidad indica que el elemento dinero ha hecho que prácticamente cualquier sujeto, que viva en la opulencia, se sienta, se crea y actúe como un poderoso, aunque la razón no le asista, ni la voluntad popular, sino que crea que debido a que para él o para ellos, “todo tiene un precio”, pueda o puedan, comprar voluntades y hacer de las suyas a diestra y siniestra.

Sin duda que el poder debe ser claro en respecto a lo económico, a la razón, al convencimiento y a  las facultades de cada persona, para hacer que permitiendo hacer ciertas cosas, y desarrollando algunas tareas, el mundo pueda ser mejor, es decir, que el poder del hombre y la mujer se dé tan buena práctica que nos encamine a la buena vida, al bien vivir, a la plenitud, la solidaridad y la conciencia social.

Los países que a los que se les ha considerado, o que se creen poderosos, tienen una responsabilidad frente a los que ejercen éste poderío, que tiene que ver con el acompañamiento, con la hermandad, y con la solidaridad, que se parece a la que el hermano mayor tiene con el menor, pues así como en las mejores familias se enseña que una vez que el primogénito logra sus metas, ha de saber dar respaldo al mejor de los hijos.

En gran medida el poder de los países ricos se debe al saqueo o a las materias que toman de las naciones pobres, en ese sentido, en gran medida, tener poder no sólo se explica por el reconocimiento de los otros, si no que hay una clara división entre los pobres y los ricos, los poderosos y los débiles, los pudientes y los menesterosos, y dado que los que viven en necesidad son más, y los acaudalados muy pocos, debería de existir conciencia del poder con el que cuentan para equilibrar la balanza.

El poder, al que todos debemos estar prestos, es el que obtenemos del conocimiento, de tal suerte que podamos ser propulsores de la ciencia, de la cultura o el deporte, debido a que ningún gobierno en la actualidad, o rico plenipotenciario, dan por las buenas al indigente o desvalido, sino que antes se tiene que posar en fotos para que todo mundo conozca su bondad o se tiene que andar persiguiendo cual ruego atroz.

No todos los sujetos están capacitados para recibir el poder, por eso algunos cuando tienen cargos de mando, pierden el piso y la razón, y se la pasan violando derechos, atropellando garantías, encumbrados en la soberbia que solo puede vivir en la flor de un día, debido a que no ven más allá de sus narices, y olvidan que el poder es como el columpio que sube y baja, que si no procuran con la inteligencia, volverán a ser igual de ruines como antes fueron.

Por otro lado, el poder cobra valía, dependiendo el lugar en donde nos toque vivir, aunque en el caso nuestro, de un país en vías de desarrollo, en el que si no trabajas no comes, en donde tienes que ver y callar en muchas ocasiones, en el que muchos se convierten en compinches o cómplices para ser parte de la cúpula del poder, saber que la libertar de elección, la moral y la ética, son poderes intrapersonales con los cuales se puede vivir en paz y tranquilidad, logrando una estabilidad emocional que hasta los más potentados envidiarían.