5 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Arena suelta. Donald John Trump, el sujeto que, como dice una cosa, escribe otra…

Las grandes economías se han fortalecido en gran medida gracias a la apertura comercial que han mantenido con relación a otras naciones, convenios establecidos en tratados o uniones que han permitido el ingreso y salida de mercancías con aranceles aceptables o bien sin impuestos. La base de estas negociaciones, además de la voluntad, recae en la conveniencia de la producción, la oferta y la demanda.

Las negociaciones históricas en el mundo las encontramos por ejemplo en la Unión Europea, que ha adoptado al Euro como su moneda y que aunque el dólar sea el dinero global, los países que integran esta moneda, con altas y bajas y con el intento de algunos de ellos en abandonarles, han logrado que los Euros tengan además de sus emblemas incrustados, dándoles un sentido de identidad, una fortaleza financiera que necesita y exige cualquier país que se encuentre en desarrollo.

En el mapa mundial muchas naciones parecen ser pequeñas; específicamente si en territorio se le compara con México, aunque también si se realizara una comparación en recursos naturales, historia o cultura, y aunque muchos afirman que debido a que fuimos conquistados tarde, o que los nos conquistaron saquearon y eliminaron muchos elementos y cosas de orgullo, lo cierto es que en los últimos años en otros continentes, algunas naciones bajo un atinado régimen de gobierno, un plan bien estructurado y ganas de ayudar a su pueblo, han avanzado significativamente en temas como educación (Corea del Sur), cultura (Tombuctú, República de Malí) o ecología (Bogotá, Colombia).

Y aunque estas naciones han suscrito también tratados internacionales, en las diferentes temáticas, lo cierto es que no lo han dejado solo en firmas y se han puesto a estructurar, en sus planes de gobierno, políticas bien intencionadas y firmes que les han colocado como pioneras mundiales.

Las naciones que se olvidan que la unión es una característica de los equipos y que hacer equipo siempre es favorable cuando de lograr metas se trata, viven en rezago económico pero sobre todo mental.

Los últimos años hemos sido testigos que algunos de los gobernantes se olvidan que representan a todos sus ciudadanos, y se atreven a actuar de forma personal o unilateral, son víctimas de sí mismos y sin autogobierno de su carácter y su persona, actuando con berrinches y traumas que no han podido superar, es ejemplo de ello el 45° Presidente de los Estados Unidos de América, Donald John Trump, un sujeto que, como dice una cosa, escribe otra, y que ofende a sus iguales con declaraciones y escritos que además vierte en medios públicos, faltando a la formalidad y el respeto.

Las naciones demandan y exigen por el grueso de los ciudadanos a los mejores perfiles, cuyas cualidades de empatía no se muestren en las campañas si no que cuenten con una trayectoria social y una ambición para todos y no solo de poder político o empresarial. Es necesaria la atención sino psiquiátrica, sí psicológica de los que han perdido el piso, y se cruzan de brazos mientras les hablan, les llaman mafiosos a los que no son sus partidarios, o peor aún, a los que tienen a sus vecinos encañonados.

Si el ahora Grupo de los 7 que integra  Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón,  que con toda razón debido a la crisis en Crimea excluyó a Rusia, mostraran mayor sensibilidad se les podría preguntar: ¿Qué siguen esperando para intervenir cuando menos diplomáticamente y económicamente para detener el genocidio en el que viven los países árabes, el aun bloqueo a Cuba o el desabasto alimentario en Venezuela?, pues ser poderoso otorga una mayor responsabilidad, que deriva en la solidaridad con los débiles o más necesitados, de lo  contrario el egoísmo será su cáncer y su muerte.

Las naciones que deben crecer como la nuestra (por encontrarse oficialmente en vías de desarrollo) lo debemos hacer sin ser rapaces, soberbios o codiciosos. Los mexicanos tenemos amplia responsabilidad en que crezca o no el país que habitamos, cada uno debe mostrar empeño e interés en los temas que integran la agenda nacional, bien podríamos hacerlo votando masivamente el próximo primero de julio, bien siendo los mejores trabajadores y respetuosos y limpios vecinos, dejando de ver refritos en la televisión comercial y abierta, y sabiendo que la mejor novena que tenemos es en la que vivimos y que siendo los protagonistas tenemos la mayor arma frente a las aplastantes economías del mundo que nos venden lo que quieren y nos compran lo que necesitan, es decir nuestro trabajo y espíritu de lucha.