Lic. Alfredo Castañeda Flores Analista
13 agosto 2021.-Todos oímos, pero pocos, muy pocos, en realidad escuchamos, ¿y tú?
En todas las conversaciones, desde las charlas familiares, reuniones de trabajo, pláticas con amigos o incluso las primeras citas amorosas, existe la posibilidad de que los interlocutores se entiendan o, por el contrario, el riesgo de que nada conecte e incluso la cosa termine mal. El resultado depende de una infinidad de variables, pero el gran secreto consiste en saber escuchar.
En una época en la que nuestros sentidos parecen estar saturados, es entendible que de repente perdamos la sensibilidad de ver y oír a quienes nos rodean. El fenómeno digital sólo es la punta del iceberg para un vicio que repetimos con mayor frecuencia de lo que imaginamos: no escuchar a los demás.
Un autor europeo, de nombre Michael S. Sorensen, especialista en relaciones personales, en su obra “Te escucho, el sorprendente y sencillo talento para obtener relaciones personales extraordinarias”, señala que las personas se abren cuando se sienten escuchadas y entendidas. Ser escuchado, decía Richard Carlson, otro insigne escritor y orador motivacional, es uno de los más grandes deseos del corazón humano.
En una relación de pareja (cortejo, noviazgo, unión libre, matrimonio), el saber escuchar al otro es la parte más importante para alcanzar el objetivo deseado, enamorar a la otra mitad. Esta cualidad, que pocos tenemos, es una enorme ventaja para el arte del amor. Analízalo.
Pero escuchar no es la acción pasiva de sentarse y cerrar la boca mientras el otro habla, poniéndote a jugar con tu teléfono celular, o haciendo otras cosas. Más bien, es una acción activa que implica hacer varias cosas.
A continuación señalo algunas características para escuchar de verdad:
Es fundamental interesarse por la otra persona y lo que ésta te dice. Esto despierta tu curiosidad y hace que te preguntes, pienses e incentives los puntos valiosos. (Decir algo).
El que escucha debe darse a la tarea de comprender su propio sentir. Sin este trabajo previo, no le será fácil identificar cómo se siente el hablante. (Identifica emociones).
Significa dar valor real a lo que siente la otra persona. Puedes validad cuando te piden opinión y también es posible hacerlo aunque no estés de acuerdo con la otra persona. (Validar).
Es esencial fijarse en los gestos, pues las expresiones dicen mucho más de lo que creemos. (Ojos siempre abiertos).
Debemos ser conscientes de que nuestro cuerpo transmite emociones. Esto ayuda a mostrar nuestro interés y comprensión. (Respuesta espejo)
Aprender a escuchar a los demás y entender desde niños, son hábitos que nos servirán durante toda la vida. Aunque nunca es demasiado tarde para aprender a escuchar.
Queda claro que los mexicanos no estamos educados y, por lo mismo, acostumbrados a sentir empatía por los demás, aunque se pretenda hacer creer lo contrario, a nadie nos interesa escuchar a los demás, queremos que los demás nos escuchen, nos compadezcan y nos apapachen, pero nosotros hacerlo con otros, pocas veces, no lo hacemos, los engañamos creyendo que los oímos, pero estamos jugando con las manos, el cuerpo, el teléfono, lo que tengamos cerca en ese momento, incluso muchas veces los paramos bruscamente, señalando que tenemos prisa para cortar de tajo la plática y huir. Queda claro, que efectivamente hay gente cuya charla resulta peor que un somnífero, que les sacamos la vuelta para no ser detenidos y oír sus pláticas pesimistas, principalmente, porque son personas negativas que solo cosas negativas, malas, comentan, pero hay otras que si tienen lecciones de vida en sus comentarios y podemos aprender a escucharlos.
La próxima ocasión que estés frente a alguien (que te interese), porque también es válido, practica estos consejos. Haz el ejercicio de escuchar, notarás que todos tienen algo que expresar y buscan un oído atento, quizás tú lo has necesitado y no lo has encontrado. Empieza tú. ¡Hazlo!