Lic. Alfredo Castañeda Flores Analista
¡No estás solo!, un grito que en la realidad es una vil mentira, desde que tenemos uso de razón, hemos escuchado en los medios de comunicación (¿en realidad comunican?) a nuestros padres, familia, profesores, amigos, compañeros, conocidos y desconocidos, que México se caracteriza a nivel mundial como un país solidario, unido, pero conforme vamos creciendo y tomando conciencia (algunos) de lo que ocurre a nuestro alrededor, podemos darnos cuenta de que todo es una falacia, una farsa, un mito, algo de que eso se quisiera que sucediera, pero no es así.
Nos podrán decir tantas bondades de nuestra raza, de nuestra historia, de lo que sea, pero la verdad, la observamos durante nuestra estancia por este país, el mexicano es un miedoso cobarde, no está acostumbrado a defender ni lo suyo, ni lo que gana, que siempre es lo más importante para la mayoría, el dinero, el ingreso personal y/o familiar, permitimos que por falta de valor, cualquiera, sea gobierno, empresa, negocio, individuo, nos arrebate lo que con tanto esfuerzo y sacrificio vamos obteniendo lentamente para ir viviendo, sea solos o con nuestra familia, si eso permitimos nosotros, no podemos apoyar a los demás a defenderse de los chacales, vivales o parásitos que están esperando cualquier detalle o descuido para quitarte tu dinero.
Así es, amable lector, fíjate en lo básico, en lo que todos, recibimos, sea público o privado, que pagamos cada mes, cada bimestre o anualmente, y notarás que siempre hay detalles que se incumplen, que nos van afectando en el día a día, pero principalmente, van mermando nuestra economía y desgastando nuestra salud.
Algo que todos pagamos al municipio correspondiente, el servicio de agua potable, si no se cuenta con medidor se cobra una tarifa fija, pero aparte de que se escasea el agua, se va incrementando sin previo aviso dicho cobro, en los casos de contar con medidor, también las tarifas varían, por decir algo, la mínima mensual es de diez metros cúbicos, pero si se tiene cuidado en guardar para revisar periódicamente los recibos, notarás que hay ocasiones que no se gasta agua y se cobra una tarifa mínima, pero cobro al fin, y dos o tres recibos después, se acumulan los metros gastados, siendo que si fueran honestos los directores del área, en lugar de cobrar el excedente, realizarían un ajuste en base a lo anteriormente pagado, pero pareciera que al contrario, es una artimaña para cobrar dos o tres veces la misma cantidad de agua consumida, dejar de pasar a tomar la lectura y después aumentar lo ya pagado. Esto y otras acciones, provocan que se disparen los pagos del servicio más básico, el agua.
Lo mismo sucede con el pago de recolección de basura, en algunos municipios, directamente ellos cobran por el servicio, en otros, lo concesionan, es decir, cada vez que pasa la camioneta o camión, se paga porque se lleven tu basura, pero en ambos casos, se da el amontonamiento de basura en las calles, porque no pasan al momento o si pasan cuando no estás, ya te quedaste con tu basura, hasta la siguiente ocasión, pero fuera de la contaminación, no hay mayor problema.
Otro servicio que no es público, pero que muchos pagamos, es el teléfono fijo, que incluye internet y algunas plataformas, presuntamente por el mismo precio, que varían según la cantidad de medida del internet, pero sea cual sea el caso, la velocidad no es la ofrecida, las fallas son frecuentes, sobretodo, cuando llueve, es seguro que el servicio será interrumpido, cuando se debería contar con la mejor tecnología los prestadores de servicio, porque somos rehenes de ellos, además de que es un monopolio del hombre más rico del país.
Así puedo enumerar cualquier otro servicio que se te ocurra, público o privado, obtención de cualquier documento certificado, renovación de pasaporte, licencia, INE, combustibles, la televisión por cable, las plataformas digitales, etcétera. Lo que importa, es la pérdida de tiempo y dinero para realizarlo.
El mexicano defiende lo que no urge o afecta, pero se desentiende de lo que sí perjudica, en cualquier asunto se agazapa por miedo, esperando que otro sea quien lidere la rebelión o reclamo, pero cuando se necesita del apoyo, se arruga, haciéndose pequeño y muchas veces hasta niega haber apoyado X o Y causa justa, el mexicano es combativo en el anonimato, por ejemplo en las redes sociales, con identidades falsas, ahí si hace y deshace, ataca y “defiende”, pero frente a frente, es un cobarde, porque se va del lado del opresor, pocas veces del que tiene el derecho. Muchos salen con su típica frase, “mientras a mí no me afecte”, y otras más con las que esconde sus miedos y cobardía.
Si ven una disputa en la calle no se detienen a defender a nadie, siguen su camino hasta con más prisa, sin embargo, dan limosna a sujetos que solo la utilizan para drogarse y delinquir, ejemplos sobran, pero lo interesante es que da pena vivir en un país donde el valor y la grandeza no existen, este mes se le denomina el de la patria, pero, sinceramente, no hay nada que festejar o celebrar, mientras sigamos siendo un país de agachados y miedosos, que permitimos que nos pisoteen nuestros derechos y dignidad que como seres humanos, tenemos. ¡Cambia!