*Desgobierno de Mauricio Acosta va en picada
*Grupo Tacámbaro está en plena fractura
La administración municipal encabezada por el priista Mauricio Acosta Almanza nació muerta políticamente y así concluirá con los estertores de la agonía, a pesar de los esfuerzos del dividido grupo Tacámbaro por reanimarla.
Sacando de la jugada a verdaderos militantes tricolores que buscaban la candidatura a la presidencia de Tacámbaro, Mauricio Acosta y su grupo llegaron al poder para repetir los mismos errores que, en su tiempo, criticaron duramente del locutor Octavio Aburto Inclán, quien fue derribado del ayuntamiento por instrucciones de los caciques locales, acusándole de todo y ahora, para su dolor, trabajando en el Grupo Fórmula.Octavio Aburto Inclán llegó a la presidencia de Tacámbaro con casi 15 mil votos, superando incluso, juntos, a Valentín Rodríguez y Gerardo Contreras Cedeño, en unos comicios históricos para el PAN, pero no supo modular su increíble ego y le faltó el colmillo político para negociar con los mandamases locales, gobernando en un momento muy tenso para el país, Michoacán y, por supuesto, el municipio.
¿Dónde se refleja la falta de capacidad política para gobernar de Mauricio Acosta? Que es un alcalde como el florero, que sólo está de adorno para la mesita de la sala, pero no tiene poder para coordinar, ejecutar, organizar, decidir y quedar bien con el pueblo. Queda bien con los caciques locales que, entre sí, están divididos, y eso se ha manifestado en la remoción, enroques, renuncias a fuerzas, de diversos funcionarios, quedando solo los agachones, hambrientos por un buen sueldo, el cual, para Mauricio Acosta, es de 82 mil pesos mensuales, 15 más que el anterior edil Octavio Aburto Inclán.
El empresario Valentín Rodríguez ha palpado el desastre del desgobierno de Mauricio Acosta y, en esa circunstancia, está metiendo la mano para realizar cirugías políticas finas en la estructura y dinámica de la administración pésima del golfista tacambarense que, faltando un poco más de un año para concluir su gestión, aún no sabe para qué está en el edificio municipal.
De sus ganas, como lo hizo con Octavio Aburto Inclán, Valentín Rodríguez Gutiérrez sacaría ya de la presidencia a Mauricio Acosta y pondría otro político más ecuánime, pero no puede hacerlo porque hay otras fuerzas que no puede controlar. Sabe que la gestión de Mauricio Acosta, como va, está lista para entregar a un candidato independiente, de la oposición en alianza, el poder en los siguientes comicios del 2018, y eso les preocupa.
La designación de Delfino Mora Trujillo como secretario del ayuntamiento por parte de Valentín Rodríguez ha sido una buena decisión del empresario de Viña, tratando de introducir elementos políticos de diálogo, tolerancia, consensos, de los cuales se gana más en el cotidiano trato con los grupos y ciudadanos. A pesar de todo ello, la caída del desgobierno de Mauricio Acosta va en plena velocidad, sin nadie o algo que la detenga. A él le vale madre. Gana 82 mil pesos mensuales, propinas y fama coyuntural. Lo demás es intrascendente. Si no obedece órdenes de arriba no se la acaba y eso hacen los dóciles títeres…