4 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Año nuevo, mañas viejas…

Lic. Alfredo Castañeda Flores   (Analista)

Estamos a unos días de haber iniciado un año nuevo más, el 2020, Aunque los ignorantes quieren hacerse los conocedores, diciéndole 20 20, lo que es incorrecto.

 

De entrada, ya estamos mal.

 

Los días previos y estos que están transcurriendo, son de falacias, mentiras e hipocresía, porque la mayoría le desean lo mejor (sin especificar) a los demás, pero son simples palabras del momento, porque la realidad es que ni ellos se lo creen, porque siguen haciendo las mismas acciones negativas, sin sentido que han hecho los años anteriores.

 

Cambiar no es cuestión de desearlo, de decirlo, de escucharlo de los demás; cambiar depende única y exclusivamente de cada uno de nosotros. Los milagros no existen, hasta en la Biblia y muchos que ya no creamos, que se hayan ido a una asociación religiosa distinta, lo sabemos, dice: ayúdate que yo te ayudaré. Esto significa que si no trabajas, no ganas, si no haces tú mismo las cosas que necesitas, nadie las va a hacer por ti, etc.

 

Pero el mexicano promedio, con estudios o no, está acostumbrado a vivir de sueños, de mentiras, de falacias, desde niños se ha enseñado el resultado final, de los seres, mortales o imaginarios, que han triunfado, pero pocas veces, se muestra todo el camino sinuoso, espinoso que recorrieron antes de triunfar, de ahí que se crea en milagros, en magia y hechicería. Por lo mismo, no aprendimos la cultura del esfuerzo, aunque muchos eso digan, pero solo porque lo han escuchado de otros y se escucha bonito, pero no están acostumbrados al sacrificio, a la tolerancia, y lo podemos observar todos los días y en cualquier rincón de nuestro querido México.

 

Pocos, muy pocos nacionales, sobre todo de origen extranjero, como hay tantos nacidos aquí, son los que tienen ideas progresistas, altura de miras, deseos y hambre de triunfar, y son los que destacan en su área profesional, eso se puede observar, principalmente en el área empresarial, los dueños de las grandes empresas mexicanas son de ese tipo. Quizás sí haya alguno que tenga una empresa o negocio exitoso, que su origen sea indígena, pero por lo menos yo, amable lector no lo conozco. Pero toda regla general tiene sus excepciones.

 

Como señalé antes, la mayoría carece de la cultura en general, de la cultura del ahorro, de la cultura del emprendimiento, de la cultura del esfuerzo y sacrificio, vaya, ni siquiera de preocuparse por lo que van a hacer en unos años más. Esto genera pobreza en la llamada tercera edad (mayores de 60 años), ¿cuántos seres humanos de estas edades viven cómodamente? Pocos. Aunque tengan una pensión, no les alcanza para vivir mejor, porque esa no va incrementándose conforme aumenta el salario de los que están aún laborando.

 

Asimismo, hay mucha gente que no tienen casa propia, que todo el tiempo se la pasaron de arrimados con sus padres, con familiares, o rentando, porque no les alcanzó para comprarse una, no pensaron en el futuro, simplemente, como muchos dicen, se la pasaron viviendo la vida, porque para eso es y se acaba pronto.

 

Esa y muchas otras son las frases mediocres que se escuchan en cualquier espacio que frecuentemos. Así como estas: No es mi culpa, yo soy así, lo intentaré, no soy capaz, es muy difícil, no tengo fuerza de voluntad, estoy muy grande para esto.

 

El mexicano está acostumbrado a gastar más de lo que gana, pero lo que es peor, que con el tiempo y porque de tanto pedir no encuentran la salida para sus deudas, dejan de pagar a instituciones bancarias, de préstamo y comienzan a estafar a sus familiares, amigos, vecinos, compañeros de empleo, sin pensar a futuro, que van a hacer para vivir el resto de años que hipotéticamente les quedan. Hay gente de 30 años que ya están tocando fondo y la lógica es que aún tienen 40 años por delante de vida, ¿te imaginas como van a terminar? Pues ellos no. Ellos no conocen el mínimo respeto que merecen los que están cerca de ellos, y que se van cerrando las puertas con su incumplimiento.

 

El cambio de un año a otro es como cualquier día, no tiene nada de especial, cuando no hay las ganas de modificar la conducta negativa que viene haciendo cada quien, por lo tanto, los “deseos” de una gente mediocre, gris, que su vida para nada es ejemplar, no tienen ninguna validez. Por educación, pero más por tolerancia, hay que escucharlos o leerlos, pero no hacer ningún comentario posterior, porque simple y sencillamente, carecen de valía. Observa la conducta y vida de quienes te rodean y ponlo en la balanza con lo que dicen y podrás darte cuenta que hay más cosas negativas que positivas en la mayoría de las gentes que tienes cerca de ti.

 

Así que, inteligente lector, no pidas muchos deseos que no cumplirás, desea uno, solo uno pero que sea factible que cumplas, que sea real, que sea cercano a tu forma y manera de ser y hacer, no te engañes a ti mismo, porque es lo peor que se puede hacer, y si te engañas tú mismo, engañarás a los demás.

 

¡Feliz año nuevo 2020!