20 diciembre, 2024
ROTATIVO DIGITAL

Amigas y demás…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        ANALISTA

2 NOV. 2024.-Las mujeres son una rara especie, emocionalmente hablando, hay una enorme diferencia entre ellas y los hombres, ¿Tú las entiendes? Está cab…

 

Las dulces, tiernas e “incomprendidas” mujercitas, tienen innumerables cambios de humor diariamente, incluso en cuestión de segundos se transforman. No es broma, pero sí a veces hasta pena dan. Porque a pesar de que muchas veces sus acciones y reacciones son demasiado fuertes, incluso agresivas frente a los hombres, otras ocasiones son totalmente opuestas que despiertan ese sentimiento en uno.

 

Para nadie es un secreto que a las mujeres les encanta el dinero y si es obtenido con el mínimo esfuerzo es mucho mejor, además de que ninguna cantidad por pequeña, mediana o grande que sea, les alcanza, siempre se les hace poco, insignificante y por supuesto, quieren más.

 

También es sabido que no les gusta el trabajo en general, pero mucho menos el del hogar, lavar trastes, ropa, asear la casa (barrer, trapear, etc.), cuidar bien a los hijos, atender al marido y todas esas acciones que históricamente les han correspondido hacerlas ellas, ya que el papel principal de los hombres es el de proveer lo necesario para vivir. Esta es la razón principal por la que recientemente han tratado de evitar eso y más, mediante sus movimientos feministas, que algunos desubicados hombres han seguido, cayendo en su juego de manipulación.

 

Te preguntarás, amable lector, pero si ¿hay mujeres que trabajan exclusivamente en el hogar?, efectivamente, porque no tienen otra opción, además de que reciben una remuneración por hacerlo, aunque no les guste, ya tienen esa motivación $, pero si vas a sus casas, la mayoría de éstas la tienen sucia, descuidada y demás, claro que tienen de justificación que no les alcanza el tiempo, etcétera, pero la verdad es lo que dije unas líneas antes.

 

Por supuesto que los tiempos cambian, y en los países pobres de mentalidad y economía, como el nuestro pocas veces son para bien, a nuestras abuelas, madres, incluso a nuestras esposas, si somos de finales del siglo XX, aún les agradaba más el trabajo doméstico, quizás porque no había más opciones, ni preparación para ellas, como en la actualidad, aunque yo he escuchado a mi esposa y oí a mi madre, quejarse del diario trabajo doméstico, así que tengo los pelos de la burra en la mano. Sin embargo, lo hacen y hacían con más tolerancia que las nuevas parejas y matrimonios. Las menores del cuarto piso, son otra cosa, nada de eso toleran, mandando a sus hijos y pareja, a la escuela y trabajo sin desayunar, como decía mi abuela, con la panza de farol (vacía), por eso es que ni unos ni otros rinden en los lugares a donde asisten toda la semana, además de que comprar comida en la calle, causa mayores gastos que comer en casa. Y eso va en detrimento de todos.

 

Las mujeres, si desayunan, a la fuerza, por necesidad, o por gusto, pero ya pasadas las once, doce o más del día, porque si llevan a los hijos a la escuela, es frecuente y común que regresen y se vuelvan a acostar, levantándose más tarde, un alto porcentaje de ellas en el país, lo hacen, otras de plano ni los acompañan, los lleva el papá, un vecino, o si viven cerca, se van solos, sin importar la edad, ni el inminente peligro que llegan a tener.

 

Aquí aprovecho para hacer un comentario entre desayuno y almuerzo, ya que muchos se refieren a ambas cosas, pero por lo menos en México, solo se acostumbran tres tiempos de ingesta de alimentos: Desayuno, comida y cena.

 

El desayuno permite despertarnos, estar alerta y responder de manera más inteligente a los estímulos. Se precisan carbohidratos y proteínas para desarrollar esta misión. Además, es sumamente importante debido a que es la primera ingesta que realiza la persona luego de haber estado un buen número de horas en reposo al dormir.

 

El almuerzo es una comida que se toma durante la mañana o después del mediodía. Según el diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, es la comida del mediodía o primeras horas de la tarde. El término proviene del latín admordium, que significa mordisco. El almuerzo puede ser la comida principal del día o una comida más ligera que se toma antes de la cena. Así que, en México, pocos desayunamos, la mayoría almuerza, pero no es lo mismo. Reza la filosofía popular, desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo. Y los que filosofan entre desayuno y almuerzo, en su estómago quisieran recibir ambas cosas, pero apenas lo hacen y por la hora más frecuente en que degustan alimento, no les aporta ningún o poco beneficio. En fin. No se puede cambiar a la gente y menos a los mexicanos.

 

Por otro lado, al comienzo indiqué que dan pena, es verdad, porque no todos y en este caso, todas, tienen las mismas oportunidades, y la mayoría de las veces es por su mentalidad débil, esto debido a que no piensan las cosas, a la edad que sea, les gana la hormona a la neurona, y empiezan a tener relaciones íntimas, con individuos que las atrae, por necesidad, por imitación de sus amistades o familia, y para mala fortuna, resultan embarazadas, algunas se juntan con ellos, aunque pocas son las que duran para siempre, otras no corren con esa suerte y tienen que andar rodando buscando otro (s) hombre (s) que se haga cargo de ellas y sus hijos, truncando sus posibles sueños que ya en cierta edad, se detienen a pensar, que les hubiera gustado estudiar X o Y, carrera técnica o profesional, lamentándose porque no lo consiguen, ya en anteriores entregas he mencionado que son garbanzos de a libra, los casos de mujeres así, que alcanzan sus sueños, la mayoría, que dejan de estudiar por un embarazo temprano o no tanto, o por huir con un hombre, pero antes de concluir una carrera, desafortunadamente ya no lo llegan a realizar.

 

Ahí es cuando las llegas a escuchar hablando de sus sueños rotos, que desean reiniciar, es cuando te da tristeza, te dan pena, porque cuando eran felices, no lo sabían y cometieron la idiotez de irse o embarazarse, echando a perder el resto de su vida, ahora a los veintitantos, treinta, cuarenta años voltean hacia atrás, y dicen querer estudiar estilismo, cosmetología, gastronomía, cualquier oficio o carrera técnica que según ellas, les cambiaría la vida, pero si estudian, tienen que dejar de trabajar, y sin dinero, no pueden estudiar, además de que tienen que descuidar (más) a sus hijos, que de por sí, van creciendo a la buena de Dios, sin la debida atención. Lo que se queda solo en una decepción más que las hunde en sus, de por sí, emociones destrozadas, volviéndolas más agresivas con los hombres que conviven o llegan a convivir con ellas, solo por la necesidad de tener a alguien que las mantenga, que, normalmente no duran y tienen que estar frecuentemente cambiando de pareja, eso las va debilitando aún más, aunque ellas, ante los demás, digan que se vuelven más fuertes, pero es una total y completa mentira. Su interior, se va deteriorando cada vez más y, por ende, sus reacciones son peores, provocando, que las relaciones duren cada vez menos. ¡Qué tristeza!