Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
9 JUNIO 2023.-El mexicano es aficionado a juzgar a los demás, a mirar la paja en el ojo ajeno, pero no analiza el porqué de las cosas. Esto lo menciono por el tema que trataré hoy. Los amantes, sean hombres o mujeres, incluso homosexuales. Las estadísticas y la cotidianidad señalan que un alto porcentaje de los mexicanos los tienen, han tenido y tendrán. Son un mal necesario en nuestra sociedad.
Ser o tener un (a) amante no es algo que no se reflexione por quien lo tenga. Sino que viene de conductas y acciones que van derivando en la necesidad de ello. Tanto hombres como mujeres tienen distintas motivaciones para llegar a ese triangulo amoroso (o ¿cuarteto?), por lo que comenzaré con el sexo fuerte.
Un hombre tiene una amante, porque en su hogar algo está haciendo falta, o se extinguió, no solo es por tenerla, aunque sí hay casos, pero esa es otra historia. Como dije antes, el hombre se cansa del trato que le da su mujer, principalmente cuando de intimidad se trata, es común y hasta normal que las ganas vayan disminuyendo, sobre todo en las mujeres, esto desencadena roces y desencuentros entre las parejas, porque la actividad va siendo cada vez más espaciada, es decir de 3-4 veces por semana, a 1 por semana, quincena, mes o incluso más tiempo, además de la rutina, porque ya no hay emoción, novedad, además de eso, el hombre, no aguanta más de una semana sin actividad física vigorosa, principalmente, porque sabe que el tiempo no perdona y al llegar a determinada edad, ya no podrá practicar el arte del amor.
Lo que conjugado con algunas enfermedades merma esta actividad, desde cualquier edad. El hombre, en su papel de proveedor, tiene que andar más tiempo en la calle, debido a su trabajo desempeñado, por lo que va conociendo a mujeres de distintas edades, físico y estrato social y si en su casa familiar, ya no recibe las atenciones que nunca falta una mujer que se las de, cae presa fácil de los encantos femeninos, muchas veces no importa la belleza física o los cuerpos esculturales, sino el trato que él cree es sincero, honesto, que puede que haya casos en que lo sea, pero también en la mayoría, solo se portan amables las damas por interés económico.
Así es, amable lector, los motivos de uno y otra son distintos. Mientras los hombres buscan comprensión, atenciones y sexo frecuente, las mujeres, mayoritariamente, van por el apoyo económico. Lo que da como resultado que muchos hombres se enamoren, o crean estarlo, de otra mujer, estos son los comúnmente llamados “tontos” que incluso llegan a perder a su familia por una mujer que pocas veces vale la pena. Lo que en la actualidad muchos hombres están haciendo, es conseguir una amante, de la edad que sea, ahora las jovencitas se entregan por dinero fácil, con la que se desahogan sexualmente, le pagan cierta cantidad acordada y se vuelven a ver cuando el que paga lo desea y en el intermedio cada uno puede hacer lo que quiera, ya no hay lazos ni exclusividades, salvo honrosas excepciones. Esto, que dejó la pandemia, sirve para que ya no se destruyan familias de muchos años. Y como dice Maluma, felices los cuatro.
Por otro lado, las mujeres, con pareja de tiempo, hacen lo mismo, pero son más astutas que los hombres, cuando algo les está faltando en su hogar, consiguen un amante, igual que el hombre, de cualquier edad, aunque lo de hoy es que sean menores que ellas, y tienen relaciones sexuales con la frecuencia que ellas desean, aquí señalo una ventaja que tienen ellas, pueden meter a su cama al hombre mundano que deseen, mientras que los hombres no. Digo mundano, porque algunas sueñan con un famoso y ese pocas lo conseguirán. Pero a cualquier individuo heterosexual, lo pueden meter fácilmente a su cama las veces que quieran, algunas, les dan obsequios, incluso dinero en efectivo. Esto va de acuerdo al desempeño de ellos en la intimidad, pero la mayoría solo con el sexo es suficiente.
En cuanto a las mujeres, que carecen de solvencia económica, sean solteras o con pareja, buscan “enamorar” a los hombres que ven solventes o con trabajo seguro, para darles sexo a cambio de un apoyo monetario. Para ello, utilizan sus armas de seducción, que van desde las palabras dulces, suaves, hermosas, que la mayoría de los hombres desean oír, atrapando a cualquiera en sus redes, que muchas veces, no es el único, porque este tipo de mujeres, sin ser meretrices, tienen a varios, comiendo de su mano, porque ningún apoyo es suficiente.
Otras sí se quedan con uno en particular porque lo trabajan bien y obtienen todo lo que desean de él, pero lo de hoy es el famoso pago por evento, el que no crea compromisos ni perjudica a nadie, salvo a los pocos hombres que todavía se “enamoran”. Pero en la actualidad es muy difícil que un hogar se destruya por una infidelidad, sea de ella o de él, las mujeres, ya aprendieron a aguantarse y a hacer lo mismo pero de mejor manera que los hombres, estamos en los tiempos de nuestros abuelos, donde las mujeres abnegadas soportaban todo, para no dejar a sus hijos sin su padre, ahora lo hacen por la comodidad que les da el dinero y no tener que salir a buscar trabajo cansado y mal pagado, por lo que “perdonan” cualquier falta masculina. Y a diferencia de los hombres, las mujeres no se enamoran, saben jugar bien sus cartas de manipulación.
El tema de los homosexuales es distinto, porque la mayoría de ellos tienen que pagar a sus parejas por estar con ellos, además de que tanto ellos como los llamados mayates, que no son más que homosexuales activos, son infieles, andan buscando a otro que les guste más y/o que les brinde más beneficios, respectivamente. Una minoría se dedica a la prostitución, pero no muchos pagan. Aunque hay un gran número de casados o con pareja que los buscan para sodomizar o ser sodomizados, ellos se hacen llamar bisexuales, pero en realidad son homosexuales reprimidos. Aquí no hay sentimientos incluidos, o por lo menos, no tan marcados como los de los heterosexuales, si se enamoran sufren más porque sus relaciones en pareja duran poco tiempo y ellos lo saben.
Así que, inteligente lector, la principal causa para conseguir un amante en nuestro país, es la falta de atención e interés de uno hacia el otro o entre ambos, así como el sexo cada vez más espaciado, rutinario y sin la pasión de antaño, además de la necesidad, de muchas mujeres dispuestas a entregar su tesoro a cambio de apoyo económico, obsequios, paseos, viajes, y hacerlas sentir poderosas, según sea el caso y guardando las debidas proporciones. Porque según sus aspiraciones, es lo que llegan a obtener y entre más prejuicios tengan, menos beneficios importantes alcanzan. Aquí si se aplica la máxima de la que se enoja, pierde, por que entre más cerrada sea su mentalidad, mayor será su pérdida. ¡Ánimo!