“Mi niña hermosa, mi pequeña que tanto amo, que regularmente se acercaba a mí, abrazándome para decirme, ¡¡PAPI TE AMO!! Con la sinceridad de un niño, con una nobleza intachable, que sufre actualmente con la responsabilidad que implica el haber cumplido su mayoría de edad, que además desde pequeña es y ha sido una luchadora, guerrera incansable, luchando día a día, en la actividad familiar, donde siempre participó con gran empeño haciendo de mi hija a su corta edad una persona cabal y responsable en toda la extensión de la palabra.
Incluso con la ilusión de llevar un negocio propio en la venta de cosméticos, que emprendía a través de internet con su hermana, pues aparte de ser estudiante de preparatoria, ha venido llevando de manera paralela su gusto de la cultura de belleza, para el desarrollo de su proyecto general de vida.
En la reunión familiar de hace algunos días, y con quien después de haber compartido los alimentos del medio día, referí tener una junta más tarde. Charlamos y reímos como regularmente lo hacíamos, siendo ésta la última vez que vi a mi pequeña. Aclarando que de mí parte nunca hubo agresión o insulto hacia mi hija que provocara su inducida versión.
Ella convivía como cualquier chica en su juventud con diferentes amigos, de momento sin ninguna relación formal, pero sí con el desafortunado antecedente de hace algunos años por haber tenido una relación con este chico poco estimado por la sociedad Tacambarense.
Un gran número de personas me han buscado para darme muy malas referencias de este Joven, calificándolo de deshonesto, desleal y poco hombre, una persona sin escrúpulos que se ha venido aprovechando de jovencitas, prometiéndoles una buena vida y ocultando la traición y la desfortuna en que finalmente las enreda.
Por otra parte, he recibido la desaprobación y descalificación de mi persona por la falta de conducción como padre, exhibido públicamente incluso por familiares, conocidos y personas que creía mis amigos. Manifestaciones de desprecio que yo respeto, ya que por otro lado he recibido el apoyo y comprensión de personas que incluso sin conocerme, me han brindado su apoyo y solidaridad en este penoso incidente.
También he recibido llamadas de jóvenes mujeres que han tenido el fuerte disgusto de haber conocido a este joven, quien califican como una persona sin educación, irrespetuoso, cruel y sanguinario, mujeres jovencitas que ha llevado a la Playa, a las que ha ultrajado, maltratado mental y físicamente, utilizado y puesto en contra de sus propias familias.
Una de ellas refiere haber vivido un viaje a la Playa, y luego el encierro en un cuarto donde la incomunicó, ofreciéndole solo una pequeña porción de comida al día, refiriéndole que nadie debía ver a su princesa, pues era solo pare él, en un acto de posesión y crueldad desmedida, que finalizó con la oportunidad que tuvo para escapar de ese calvario.
Otra más refiere un accidente automovilístico, quedando lesionada de por vida.
Este joven, tan famoso por su crueldad, se pasea regularmente en esta ciudad en diferentes vehículos de reconocidas marcas, por burlarse de tener el poder de hacer cuanto le place, además de tener hijos a los que no ha reconocido legalmente, dejando en el abandono a jovencitas que creyeron en él y a inocentes creaturas que sin culpa vienen a sufrir de este mundo en que vivimos.
Testimonios de Jóvenes que pretendieron y han pretendido a mi hija de forma correcta, que me han manifestado haber sido víctimas de severa agresión para desistir en su legítima posibilidad de lograr una relación con mi hija, a quienes ha golpeado severamente para alejarlos de mi pequeña.
He recibido incluso el apoyo de diferentes congregaciones católicas y cristianas, que se han sumado en la oración y en la mejor intención de que mi hija pueda llevar su vida de manera normal, en ello muy agradecido, sabido que la oración y la energía con la mejor intención puede lograr milagros.
Tal vez pocos comprenden el dolor y la impotencia por una acción frustrada, en el empeño de hacer lo mejor por mi hija.
Confió primero en Dios, y en mi nena, que debe tener el empeño, la actitud y el carácter en este difícil trance que le está pasando, para resolver la difícil situación en la que se ha visto humillada y obligada para incluso ir en contra de su propia familia.
Soy un hombre que no pararé de LLORAR LA AUSENCIA DE MI PEQUEÑA HIJA”.