A partir del primero de diciembre el PAN es de nuevo oposición en México; regresó a un estatus que en el pasado le redituó jugosos dividendos, tantos que incluso con un candidato popular logró arrebatarle por primera vez la Presidencia de la República al PRI en el año 2000.
Pero el PAN despertó el 1 de diciembre con una división muy fuerte, con una resaca electoral, producto principalmente de la derrota de su candidata Josefina Vázquez Mota en julio pasado y el final del segundo sexenio con Presidente emanado de ese partido, que le abona a Acción Nacional un descrédito en materia de seguridad.El partido albiceleste deberá transformarse, dejar que sean otros quienes operen y sanen cicatrices si es que quieren estar en condiciones de pelear en las elecciones inmediatas. Está ahí el gran reto de un partido disminuido desde su misma entraña.
El ex presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa dejó un profundo problema al interior del PAN; quiso a toda costa influir en todas las decisiones partidistas, lo que ocasionó que la división se agudizara y dejara altos costos como la propia derrota en la elección presidencial.
Josefina Vázquez Mota, la ex candidata se siente agraviada, ya no es un secreto su distanciamiento con el calderonismo; incluso al final no quiso aparecer al lado del ex presidente y fue hasta el acto en donde fue convocada por el presidente Enrique Peña Nieto cuando reapareció sonriente la ex secretaria de Desarrollo Social.
Muchos apuestan que en los meses por venir, Vázquez Mota busque la presidencia nacional del PAN, que retome su liderazgo y que haga valer su derecho para capitalizar los millones de votos que acarreo a ese partido en julio pasado, aunque no le hayan alcanzado para el triunfo.
El calderonismo se irá difuminando, se irá apagando como es costumbre cuando un presidente deja de serlo y todo su poder se desvanece. Los panistas habrán de darle vuelta a la hoja y reconstruir figuras que les devuelvan liderazgo en los estados y en los municipios.
Calderón se fue y con él mucho panistas que gozaron de privilegios pero que no acarrearon triunfos electorales; la mayoría se vio beneficiado pero no retribuyó a su partido, las quejas de arribistas de otros partidos son muchas y las habrán de cobrar.
El calderonismo será ya cosa del pasado, un recuerdo que aprovecharán los detractores para cambiar de dirección y de personas; Josefina Vázquez Mota se apresta a un regreso y a mover a su grupo en pos de la Presidencia Nacional de Acción Nacional. El tiempo nos dará la respuesta.
*Analista