Las capacidades con las que fuimos dotados cada ser humano son, sin duda, relevantes para el desarrollo de la vida personal y social. Cada una de nuestras extremidades, por su tamaño o dimensión, facilita la realización de alguna actividad o dificulta llevarla a cabo o bien la impide.
Cuando nos preguntamos cómo es qué tal o cual persona puede correr más rápido, ser diestro en el nado o cargar con tanta facilidad, siendo que es de su misma estatura o edad, lo que nos recuerda que cada uno somos diferentes y entre esas diferencias se encuentran precisamente la capacidad y habilidad que nos distinguen el uno del otro.
Cada persona cumple con una tarea, habrá que hacerlo lo más profesional posible.
Considerando a la naturaleza sabia y del entorno más próximo del que aprendemos sólo con observar, podemos identificar cómo cada elemento que la integra cumple con una función única, irrepetible e importante. Lo que exige del hombre la subsistencia y el respeto, el cuidado y la procuración o cura, para no alterar lo que nos fue dado y para lo que no pagamos cantidad alguna para ser tratada del mismo modo que a nosotros nos agrada que nos traten.
Así entre los animales hay el que con su canto nos recuerda que ya amaneció, o el ave que canta a la noche, los árboles fueron creados con un fin específico, por eso los que dan sombra son frondosos, muchas hojas y ramas les conforman, otros, los maderables, son altos, largos y anchos para obtener morillos, tablas, vigas o costeras que sirven para construir las casas en todo el mundo, en cambio los frutales, los que florecen, aquellos que se plantan para cosechar los frutos más dulces que llegarán a la mesa para alimentar hogares, con los que enlatados permiten que se deguste la mermelada, el dulce o el agua fresca. Todos los árboles nos dejan un claro ejemplo que cada cual somos diferentes y tenemos una tarea que cumplir, una función que desempeñar y un fin por el cual existimos.
A pesar del desarrollo de la inteligencia humana, que ha ayudado a generar nuevos productos, otros frutos más grandes o jugosos, nada ha superado aún la génesis de la naturaleza; la madre, la creación, el origen que mantiene el equilibrio ecológico que parece empecinarse el hombre en acabar, destruir o cambiar con actos inconscientes que contaminan y extinguen poco a poco lo bueno, lo sano, lo especial que es vivir entre todo cuanto nos rodea.
Considerando lo anterior, como niñas y niños o jóvenes debemos comprender la libertad con la que hemos de decidir lo que desea ser o hacer, así no necesariamente tenemos que ser carpinteros porque los padres o los abuelos lo fueron. Cada uno tiene la facultad de decidir lo que queremos, seamos respetuosos escuchando a los mayores, a los tutores que desean que nos vaya mejor que a ellos, pero llegada la mayoría de edad, como el árbol que libre extiende sus raíces, tomemos nosotros la decisión de ser lo que deseamos conforme a nuestras capacidades.
En este tiempo en nuestro país, muchos jóvenes van a decidir qué estudiar, a qué dedicar su vida, deben hacer en total libertad con la convicción de servicio social y conveniencia para la plenitud y así llegar a la felicidad.
El dinero no puede seguir moviendo al mundo, no porque entonces seguiremos acabando con los minerales a paso veloz, con los árboles y los animales desmedidamente y fulminándoles a ellos también nos asesinamos a nosotros mismos.
El desarrollo profesional que esperamos de ustedes, hombres y mujeres de México, que estudian o qué quieren estudiar, es siempre pensando en que adquieren en compromiso de respetar los recursos naturales y con ellos generar mejor vida para todo el planeta. Jóvenes no sigan los pasos de nadie sin estar conscientes de que ello les hará feliz. Nada ni nadie va a detener a los espíritus que buscan el bien, ni siquiera la pobreza económica, y si la humana hace que tengan dificultades, piensen en las mil y una veces en las que el león o la liebre han librado las más expertas trampas para seguir viviendo.
La vida es de todos y entre todos valdrá la pena hacer equipo para mantener el equilibro que estamos perdiendo.