Hace unas horas dio inicio la vigésima primera edición de la copa mundial de futbol, que se celebra en Rusia, la última con treinta y dos naciones participantes, ya que la siguiente, a realizarse en Qatar 2022, planean sea incrementada a cuarenta y ocho países.
Para todos aquellos que fueron abducidos durante los últimos doce años y que ya fueron puestos en libertad por sus captores alienígenas, les comento rápido que Cristiano Ronaldo es un futbolista portugués que ha ganado casi todo en el planeta Tierra: Champions, ligas, Eurocopa, Mundial de Clubes, balón de oro, millones de euros, todo, excepto… el Mundial de Futbol.
También les cuento que existe un futbolista argentino (sencillito y carismático) que ha ganado casi todo, también en el planeta Tierra: Champions, ligas, Copa América, Mundial de Clubes, balón de oro, millones de euros, todo, excepto… el Mundial de Futbol. Su nombre: Lionel Messi.
De 33 años (5 de febrero de 1985), Cristiano Ronaldo jugará el que probablemente sea su último Mundial de Futbol o, al menos, el último en el que aspire a ganar la tan ansiada Copa del Mundo como titular y capitán de su selección.
De 30 años (24 de junio de 1987) y próximo a cumplir 31, el llamado Mesías jugará el que seguramente será su penúltimo Mundial de Futbol, o, al menos, el último en el que aspire a ganar la tan ansiada Copa del Mundo al cien por ciento de sus capacidades físicas y como titular indiscutible de la selección albiceleste.
Se ha mencionado hasta el hastío que para superar a Pelé o Maradona, Cristiano y Messi tendrían que ganar un Mundial. Si esto fuera cierto, el escenario de Rusia 2018 no es el más favorable para que eso suceda de parte de alguno de estos dos fenómenos del balompié.
Ahora, ¿realmente para superar a Pelé y a Maradona hace falta ganar un Mundial? Resulta obvio que no.
Comparar la velocidad, la fuerza, el dinamismo, la habilidad, la mentalidad, el desgaste y muchas otras características entre los futbolistas modernos y quienes jugaron hace décadas sería injusto por muchas razones, pero la principal es sencilla: el juego se llama igual pero no se juega igual. La exigencia es definitivamente mayor.
La estructura deportiva y económica que envuelve al futbol es nuestros días no permite que el jugador se relaje un solo día, un solo entrenamiento, una sola comida. Los futbolistas hoy son atletas de alto rendimiento que dependen por completo de sus habilidades natas o adquiridas y de su capacidad física; por lo tanto, no pueden darse el lujo de estar fuera de ritmo con el riesgo de que su competencia interna acabe con sus aspiraciones de un día para el otro.
Antes veíamos y escuchábamos acerca de jugadores que tenían kilos de más, que eran fiesteros, que gustaban de fumar, tomar, drogarse y al final, si demostraban su talento en la cancha y daban un buen espectáculo para la afición, los entrenadores y los directivos les perdonaban todo. Hoy no es así.
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi son increíblemente estrictos en su forma de conducirse en la vida extra futbolística, se mantienen alejados de escándalos que los comprometan con los patrocinadores que mes a mes y campaña a campaña les retacan los bolsillos de millones de euros. Por eso la exigencia es mayor, porque va de la mano de los contratos multimillonarios que les dan la fama y la fortuna que poseen.
Y en lo futbolístico han demostrado tener capacidades superiores en todos los ámbitos a las de los demás jugadores del planeta: rápidos, técnicos, con una visión de juego como pocos y, sobre todo, con la gran capacidad de resolver partidos importantes con una sola individualidad. Esa es la diferencia entre sus selecciones y las selecciones favoritas de ganar el título de campeón del mundo en Rusia.
Pero si los dos mejores jugadores de todos los tiempos –a título personal- no ganarán el Mundial, entonces ¿quién lo ganará?
Mi pronóstico es: Alemania, ¿por qué? Porque tanto Alemania y Brasil como Francia y España son equipos que se han concentrado en jugar así: como equipo y es en donde el futbol ha cambiado.
Las individualidades pesan en los momentos importantes. Sí. Pero a la larga los equipos pesan más de lo que pueda hacer una sola persona dentro del campo de juego.
No olvidemos el significado del acróstico en inglés de la palabra equipo: TEAM (together everyone achieves more, juntos todos consiguen más).
¿Y México? ¿Tiene posibilidades? Es una de las mejores camadas de jugadores desde la selección de Estados Unidos 94, pero la frivolidad y la búsqueda de la felicidad individual harán que una vez más se queden en la orilla. Los jugadores no acaban de entender que ganarían más, lucirían más y tendrían más oportunidades en el extranjero si supieran lucir un futbol en equipo.
No por nada la famosa frase del jugador inglés (campeón de goleo del Mundial México 86) Gary Lineker: el futbol es un deporte en el que juegan once contra once durante 90 minutos y al final siempre gana Alemania. ¿Será casualidad o la propia historia del país germano los ha enseñado a salir adelante haciendo equipo?
El morbo por el partido del domingo no es quién ganará, eso se da por descontado, sino cuántos goles recibirá el equipo mexicano. Al tiempo.