5 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Arena suelta. Un debate sin sabor…

El debate presidencial en su segunda ocasión dejó ver el nivel de los políticos en su máximo esplendor, nos mostró sus caras duras y blandas que cada uno de ellos tienen, pesó no ver a una mujer en la contienda por la lucha histórica que a las damas cobija en el tema de sus derechos electores, y la única que se encontraba ahí y que hizo de conductora se le veía molesta por esta razón, incluso dio a entender que como no había mujeres era complicado para los hombres hablar de las féminas, lo que por supuesto no es cierto, pues si se pretende gobernar un país, lo mismo se debería saber desarrollar un tema de feminicidios que de la bolsa de valores, haciendo una charla si no experta sí con los datos generales.

El Bronco volvió a sacar en el debate el tema con que el que la vez pasada le fue bien, es decir invitar a que firmaran para regresar las prerrogativas, que siempre representan una buena lana, no dejó morir por más que se le ha criticado el tema de mochar las manos y es que lo dice tan suelto y seguro que bien nos hace imaginarnos en los tiempos de la Santa Inquisición, en donde los herejes según las autoridades eclesiásticas debían ser maltratados, excomulgados y mutilados, dicho de su boca en una entrevista, la cosas es llegar a un estado  como  Singapur, olvidando que hasta la forma de gobierno de los asiáticos con respecto de la nuestra es abismal. Tal vez el mayor triunfo de Jaime fue hacer que AMLO abrazara a los otros dos y hablar norteño en el norte en donde seguramente los tijuanenses encontraron familiaridad.

De Ricard, hace gracia que sin medir su tiempo y por lo tanto sin oportunidad de réplica mostrara dos portadas de la revista Proceso al momento en que con una de ellas AMLO hiciera cuestionar su honestidad, y aunque como dice el dicho que una imagen dice más que mil palabras, ciertamente en una de estas imágenes que mostró en letras chiquitas también se hacía referencia a un mal manejo de su persona, lo que  detonaría como un auto gol.

La vida de este candidato ha estado seriamente cuestionada por un tema; su cercanía familiar (política) con Carlos Salinas, además de que sus consanguíneos radican en Estados Unidos y que entre otras cosas no se define a cabalidad el origen total de su riqueza, habrá que reconocer que es quien mejor maneja las técnicas del debate, y la oratoria, es decir se prepara y entrega cifras y datos duros, pero carga en su espalda el camino transitado en el que tuvo que sacudirse de muchos e inmolar a otros y otras para ser el candidato.

Andrés Manuel, además de vérsele con exceso de maquillaje,no aportó novedades, y quiso aplicar la del primer debate, en el que cuidaba su ventaja y procuró estar tranquilo, lo que no sucedió pues lo hizo enojar Anaya, y su defensa fue compararlo con Ricky Ricon, y decir una serie de palabras cuyo significado es ofensivo;  mismas que repartieron en dosis distintas cada uno de los participantes. La mafia del poder, prian, corrupción entre otras fueron constantes en sus participaciones, cuando se quiso defender la moderadora lo cortó para enseguida decirle que si quería continuar (lo que era obvio), haciendo de este momento un espacio para calmar la temperatura de sus comentarios y a la vez concluir sus ideas, que de por sí le cuesta tanto aprovechar al máximo el tiempo debido a la lentitud con la que se expresa y la gran cantidad de muecas y gestos hasta cierto grado desesperantes.

Meade quiso actuar otra vez como todo un conocedor y excelente ponente y como entre los temas estuvo la migración y se desempeñó como secretario de Relaciones Exteriores se esperaban explicaciones profundas y concretas, eso tampoco pasó, más bien en más de una ocasión interrumpía a la moderadora, le decía que le permitiera hablar y comenzaba antes de que se terminaran las preguntas, menos mal que esta vez no traía como en la ocasión anterior un bolígrafo en sus manos porque si no Yuridia posiblemente hubiera sido perfecta para ser recipiendaria de esta pieza como proyectil.

Este candidato que no crece porque no tiene simpatía suficiente ni empatía necesaria, debe considerar el uso de términos menos técnicos y lenguaje coloquial para los de a pie podamos comprender más sus posturas promesas o propuestas, sin caer en las vaciladas del Bronco o de AMLO, pero tampoco explicando como si le hablara al estudiantado universitario.

En general el debate permitió que la gente de Tijuana participara, pero al parecer les dijeron que tenían que hacer y decir,  sobre todo porque en el momento en el que a una de las asistentes le dieron la palabra preguntó que qué era lo que tenía que decir y le dio lectura a un papel que tenía. El momento más franco lo tuvo una mujer mayor que usaba anteojos y que de manera sincera dijo que no sabía cómo decir lo que quería hablar, hasta que lo recordó y lo hizo. Comentarios antiguos o añejos como proteger a los centroamericanos en su paso por el territorio nacional, aprovechar la riqueza cultural o ensalzarse como los de más experiencia, fueron las grandes aportaciones en el debate.

Si los números no cambiaron, a pesar de que un considerable  número de personas veíamos el debate de los presidenciables y hasta dio el tiempo de que se lucieran los conductores, que bueno sería que los involucrados hicieran una lectura concienzuda de su desempeño para que sepan que van a ser vistos y escuchados por el país y en otras partes del mundo, y que más allá de llevar un bonche de imágenes para atacar, sepan llegar a las familiar con un estudio serio de lo que hemos sido y lo que con ellos podemos ser, de cómo vivimos y cómo viviríamos mejor en un año, tres años o los seis años siendo ellos nuestros gobernantes, así como  sus  principales ejes o polos de trabajo que revivan la confianza en la clase política de la que ellos son parte.