Soy el profesor Rubén Darío Núñez Solano, trabajo como asesor de tiempo completo en la UPN de Zamora, Mich.Trabajé en la década de los setenta en la Escuela Normal de Tiripetío, siendo subdirector de la misma. Por ello digo con juicio histórico que jamás he sabido de una acción tan cruel y desproporcionada como la que sufrió la Escuela Normal Vasco de Quiroga de Tiripetío, Mich.
Esa madrugada del 15 de octubre de 2012, día en que la historia ha escrito la acción brutal ejercida en contra de los estudiantes de las Escuelas Normales de Tiripetío, Arteaga y Cherán y contra nuestros líderes de la Sección XVIII del SNTE de Michoacán, demostrando con esto la cara oculta del señor Gobernador de este Estado, Fausto Vallejo, quien no ha podido ejercer una acción política de reencuentro con el pueblo que lo llevó al poder y que él dice que gobierna; sus actos represivos nos muestran sus ideas nazistas que compaginan a la perfección con la obsesión bélica del aún Presidente de México, Felipe Calderón.Los alumnos de las Escuelas Normales únicamente están pidiendo que la Reforma a las Escuelas Normales, que no es más que la obediencia ciega del Gobierno Federal ante las fuerzas globales económicas que encabeza Estados Unidos y que encontró perfecto eco en Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo, no se aplique en Michoacán. Pero la falta de sensibilidad de las autoridades estatales fueron empujando a que los alumnos de estas escuelas buscaran formas de presionar a este mal gobierno para que accediera a su petición, la muestra ante esta cerrazón nos demuestra que este gobierno no sabe nada de política y acude a la fuerza agrediendo a los hijos del pueblo michoacano; violando descaradamente la autonomía de las escuelas públicas, al entrometerse por la fuerza a instituciones que antes eran respetadas por todas las autoridades; desde el año negro de 1968, en que el ejército se entromete a las escuelas preparatorias del D. F. y Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, fueran señalados como los peores asesinos en la historia de México por el desenlace de Tlatelolco.
Sabemos todos los que podemos pensar aunque sea un poco, que cuando un gobierno no tiene la única arma válida para gobernar, que es la política, se desborda en barbaridades autoritarias, bélicas y altamente represivas como lo que hoy realizaron en estas Escuelas. De todos los problemas que aquejan al estado de Michoacán, uno solo. Este gobierno represivo no ha podido resolver favorablemente. Pero hoy llegaron a la ignominia al lanzar a la fuerza bruta, entrenada para golpear y matar, frente a jóvenes de diez y siete y dieciocho años, que son sencillamente hijos del pueblo michoacano. ¿Qué nos espera en los otros cuatro años que aún le quedan para gobernar?
Ante este oprobio, como es de costumbre, salen los amos de estos político lacayos, los medios masivos de comunicación y, descaradamente, dicen en sus noticieros plagados de mentiras, que las fuerzas policiacas fueron agredidas por los estudiantes, qué desvergüenza, qué descaro y qué ofensa para la inteligencia de los michoacanos y del pueblo de México.
No dudo que al emitir este artículo plagado sí de indignación y de coraje ante los hechos ocurridos, se tomen represalias en mi contra, pero les digo a mis hermanos indígenas con los que siempre he convivido, a mis alumnos de las UPN de Morelia y Zamora, a mis alumnos de Tiripetío y de Arteaga y a mi sindicato la sección democrática del SNTE, al que siempre he estado unido, que los únicos culpables serán los gobiernos estatales y federales que hoy por hoy nos reprimen.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!