5 febrero, 2025
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Maestro Jaime Rodríguez recuerda al Cronista de la Ciudad de Pátzcuaro, Enrique Soto González

En el marco de las actividades conmemorativas del 483 aniversario del otorgamiento a Pátzcuaro del título de Ciudad de Mechuacan, y como un homenaje al desaparecido Enrique Soto González (1945-2017), se llevó a cabo la conferencia Una mirada etnográfica a la obra del Cronista de la Ciudad, a cargo del maestro e investigador Jaime Rodríguez Ramos, quien cuenta con una amplia trayectoria como animador cultural en la región lacustre.

En el colonial recinto de la biblioteca pública Gertrudis Bocanegra, teniendo como fondo el mural de Juan O’Gorman titulado Historia de Michoacán y la Utopía de don Vasco de Quiroga, Rodríguez Ramos, catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional, departió con el público y familiares de Soto González la manera en que éste estructuraba su crónica oral y escrita sobre la historia, las costumbres, los monumentos arquitectónicos, la gastronomía, las fiestas y sucesos cotidianos, pasados y presentes, de la ciudad de Pátzcuaro.

El maestro Rodríguez expuso las cuestiones metodológicas con las que don Enrique regalaba su plática histórica, de costumbres y sus amplios conocimientos sobre la ciudad a sus conciudadanos, turistas, historiadores y visitantes extranjeros, interesados en las diversas facetas de la ciudad patzcuarense.

En su disertación, señaló que la etnografía es el estudio cultural de las etnias, y su objeto de indagación científica cualitativa es el análisis del modo de vida de una población o grupo de individuos, mediante la observación y descripción de lo que la gente hace, cómo se comportan e interactúan entre sí, para describir sus creencias, valores, motivaciones, perspectivas, y cómo éstos pueden variar en diferentes momentos y circunstancias; es decir, describe las múltiples formas de vida de los seres humanos.

“Y, precisamente, esta es parte de la actividad de un cronista, como lo fue don José Enrique de la Salud Soto González, dedicado al oficio descriptivo y narrativo de una época, pasada y presente; ubicando en tiempo y espacio el carácter, las costumbres, el paisaje y los hechos cotidianos y trascendentes de una sociedad dinámica, pero no por ello, posible de captar en un momento histórico determinado”, apuntó el académico.

El conferencista precisó que, entre las múltiples fuentes que inspiraron al cronista de la ciudad, fueron las largas y amenas conversaciones que entabló con la gente mayor de Pátzcuaro: don José Reyes Tapia, Esperancita Correa, don Amado Espinoza, Juan Manuel Madrigal, Fidel Rodríguez Diego, personajes populares como El Bolitas, “por citar sólo algunos de nuestros preclaros y, algunas veces olvidados personajes de nuestra ciudad”.

Don Enrique fue autor de 19 libros sobre diversos asuntos de la historia, costumbres, gastronomía y arquitectura de la cuenca lacustre. Recibió varios y nutridos reconocimientos a su obra filantrópica, de servicio comunitario, entre ellas, en 2011, la Presea Vasco de Quiroga.

La arquitecta y curadora de arte Eréndira Soto, familiar del desaparecido cronista, hizo una semblanza de la vida y obra de don Enrique, recordando que éste tenía, como devoto de don Vasco de Quiroga, el proyecto de realizar un viaje de estudio a la ciudad natal del obispo, Madrigal de las Altas Torres, España, mismo que se concretaría este año, pero que, por su deceso, no se pudo concretar.

A nombre de la sociedad civil, Alan Soria Montaño hizo entrega al maestro Rodríguez Ramos de un reconocimiento a su obra divulgadora del desaparecido cronista de la ciudad.