5 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

El “socavón” michoacano: La presa Francisco J. Múgica

Antes que nada, mis sentidas condolencias a la familia de los señores Juan Mena, padre e hijo, quienes fallecieron al caer su vehículo en un socavón en el Paso Exprés de Cuernavaca. Esta obra tenía tan solo 3 meses de haber sido inaugurada por el gobierno federal y tuvo un costo de 2 mil 200 millones de pesos, el doble de lo planeado originalmente.

Sin duda, esta tragedia es otra manifestación más de los vicios corruptores propios de nuestra forma de hacer obra pública en México. En ese medio, el sobreprecio, las mordidas, los retrasos (de pago y de entrega) y las deficiencias en la construcción son denominadores comunes. Corruptos y corruptores se hacen uno para seguir jodiendo al país. Tan podridos los unos como los otros.

Un emblemático caso de esta eficiente forma de robar, perdón, de hacer obra en nuestro país, lo tenemos en Michoacán y se llama: Presa General Francisco J. Múgica, la cual tuvo un costo de 2 mil 915 millones, casi el doble de los planeado originalmente (1500 millones) y 700 millones más que la trágica obra de Cuernavaca.

La referida presa, símbolo de corrupción e ineficiencia, es nuestro “socavón” michoacano, pero como, afortunadamente, no ha tenido muertes directas, no ha cobrado la fama nacional del Paso Exprés de Cuernavaca, ni ha generado las exigencias de justicia que debiera.

Sin embargo, como dije, este “socavón” michoacano no ha cobrado muertes directas, pero me atrevo a afirmar que, indirectas, sí. ¿Cuánto dinero del allí mal invertido pudo destinarse para el sector salud o de asistencia social, y así haber evitado muertes por falta de medicamentos, de atención médica, por pobreza o por desnutrición? Obviamente no podemos tener una respuesta concreta, pero sí podemos pensar en una de carácter lógico.

Regresando a Morelos. Así como se exige la renuncia del Secretario de Comunicaciones y Transportes federal por su responsabilidad en la tragedia del Paso Exprés (la cual no tendría que ser exigida, porque la misma debería ser presentada inmediatamente por cualquier funcionario con una responsabilidad directa o indirecta de este tipo), los michoacanos deberíamos exigir la rendición de cuentas y sanciones de los responsables del “socavón” michoacano que andan por allí tan campantes, impunes y felices, porque saben que en México no pasa nada, y si pasa algo, no pasa nada.

OTRO SÍ: No solo tenemos nuestro “socavón” michoacano, también tenemos nuestra propia Estela de Luz (de corrupción será), que lo es el Teatro Matamoros. Casualmente, una misma familia involucrada en ambos socavones financieros.